Diario de León

«Mi terror no necesita un asesino sanguinario»

El Festival de Sitges elige el último libro de Malenka Ramos, autora de origen leonés, para estudiar su adaptación al cine ‘El que susurra’ se traducirá al ruso.

Malenka Ramos. A la izquierda, los cuatro autores premiados. DL

Malenka Ramos. A la izquierda, los cuatro autores premiados. DL

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e. gancedo | león

«Lo más terrible es la propia imaginación del lector, no ver el monstruo que está dentro del armario». Con esa frase consigue Malenka Ramos sintetizar de forma muy precisa el modo en el que entiende y cultiva la literatura de terror: cómo lo sutil suele producir un efecto mucho más escalofriante que lo descarnado. Nacida en Asturias pero con sólido anclaje familiar en tierras leonesas, en Villanueva de las Manzanas más exactamente, esta novelista ha regresado del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges con dos buenas noticias que explica así al Diario: «Desde la agencia literaria Sandra Bruna presentamos mi última novela, El que susurra , al concurso Taboo’ks que organiza cada año el Festival de Sitges para acercar los libros a la gran pantalla. Se eligieron cuatro novelas en total y nos reunimos con los productores de cine acreditados en el certamen. Fue un poco caótico pero mereció la pena. Les encantó la idea y todos pidieron la novela para estudiar su adaptación. Así que en breve tendremos noticias...».

La segunda ‘buena nueva’ pasa, además, por la próxima edición de El que susurra en Rusia. «Eso implica una publicación importante en un país grande que invierte en literatura —afirma—. Las traducciones son necesarias para que se te conozca fuera de tu país. Estamos muy contentos porque les gustó mucho y la editorial que nos ha comprado los derechos es una de las más potentes de Rusia».

Y si a esta autora, cuyo nombre auténtico es Dulce pero firma sus creaciones como Malenka Ramos, se le pregunta por lo que quiere contar al lector, responde: «Mi terror es sutil. Desde mi punto de vista, no se necesita un asesino sanguinario. En tal caso uno puede huir de él o, como mínimo, mantiene esa pequeña esperanza. Sin embargo, cuando uno se enfrenta a lo inexplicable, a lo paranormal y a sus miedos y secretos inconfesables, no controla nada: unos pasos a las tres de la mañana en tus escaleras cuando sabes que estás solo, un roce en la oscuridad, algo que araña tu armario desde dentro. Siempre digo que lo más terrible es la imaginación del lector, no ver al monstruo que está dentro del armario».

En esencia, ¿qué es lo que busca Malenka Ramos despertar en el lector, qué tipo de emociones quiere que surjan en él? «La tensión, la intriga de saber qué puede pasar —contesta—. Que se den la vuelta o miren de soslayo hacia la puerta cuando están leyendo. Que creen sus propias imágenes de la historia y que algunas les provoquen esos escalofríos que todos buscamos cuando leemos terror».

Además de la literatura de terror, esta astur-leonesa de pro ha cultivado también el movedizo género de la novela erótica y romántica. «Lo cierto es que empecé a publicar con la moda de la novela romántica, pero en realidad entré en la agencia de Sandra Bruna con un thriller que está a punto de salir —recuerda—. Siempre me ha gustado escribir. Primero lancé la Trilogía Venganza , que fue muy polémica por la dureza de sus personajes; después Garden Manor, las edades bárbaras , una novela de superación entre dos chicos en una época equivocada, los años cuarenta; y por último el terror con Lo que habita dentro y El que susurra .

En cuanto a qué es lo más difícil a la hora de escribir novela erótica, Ramos lo tiene meridiano: «No caer en lo de siempre. Ese es el mayor problema de este género». ¿Un género que sigue arrastrando complejos en relación a otros? «Sí, creo que sigue estando, por decirlo de algún modo, algo maltratado», responde una autora cuya mente no deja de elaborar nuevas historias y que no puede por menos que ofrecer el turbador comienzo de El que susurra : «Penny murió a las tres de la mañana. En ese momento, el viejo reloj del pasillo se paró en casa de las hermanas Morelli, la noche se volvió más oscura y la señora Owens oyó que alguien llamaba a su puerta. A la misma hora, el sheriff observaba con atención el viejo aserradero de Bridal Veil. Había visto una pequeña luz en uno de los cristales rotos, pero no estaba seguro. Aquella noche no era capaz de conciliar el sueño. Y no muy lejos de allí, en una cabaña recién alquilada, el escritor Jim Allen dormía plácidamente, como casi todos los demás. Por eso no vio la figura alargada y oscura que pasó muy cerca de su ventana. Algo había cambiado esa noche en el pueblo de Point Spirit. Algo que iba a perturbar sus vidas aunque ellos aún no lo supieran. Sí. Penny había muerto. Justo a las tres de la mañana».

¿El objetivo de Malenka Ramos en el siempre difícil y engañoso mundo de la novela popular? «Escribir y que me sigan leyendo. Con eso me conformo. Que es mucho, ojo».

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