Diario de León

Un juez, un ‘Pisarro’, los nazis y los Thyssen

La justicia de EE UU reconoce al museo como legítimo propietario de una obra pero apela que se devuelva a los Cassirer.

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miguel lorenci | madrid

La alegría cundió en el Museo Thyssen-Bornemisza ante la segunda sentencia que confirma a la pinacoteca española como legítima propietaria de un óleo de Camille Pissarro (1830-1903), Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia que fue robado por los nazis. El fallo, el último en la larga batalla ante la justicia norteamericana, apela sin embargo al «deber moral» del museo que propiciaría la devolución del cuadro a los Cassirer, la familia judía alemana a la que le fue sustraído.

John F. Walker, juez federal de los Angeles, avala la «buena fe» de la pinacoteca española, pero no así la del barón Thyssen, que compró el cuadro hace 42 años sin preguntas ni remilgos. Los herederos de los Cassirer, propietarios de la obra hasta 1939, aseguran que la familia se vio obligada a venderla por un precio irrisorio a cambio de un salvoconducto para salir de Alemania. Tras la Segunda Guerra Mundial el óleo de Pissarro rotó por varias manos hasta que en 1976 lo adquirió el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza. El Gobierno español lo compraba, a su vez, en 1993 al hacerse con la colección del aristócrata. Cuando en 1999 David Cassirer, heredero de Lilly Cassirer, conoció su paradero, demandó al museo Thyssen ante los tribuales estadounidenses solicitado la devolución. El magistrado considera en su fallo que el barón «no actuó de buena fe» cuando se hizo con el cuadro, al no verificar qué había sucedido con la tela durante la guerra, a pesar de los abundantes indicios contra los nazis. Concluye, no obstante, que tanto el Gobierno español como la Fundación Thyssen-Bornemisza, gestora del museo público y que vicepreside Carmen Cervera, viuda del barón, «sí lo hicieron cuando se adquirió toda la colección años después». Insiste en que en la primera compra «había suficientes circunstancias sospechosas o ‘señales de alerta’ que debieron llevar al barón a realizar consultas adicionales sobre el título del vendedor».

El juez concluye que bajo la legislación española, al no considerar al Thyssen como «encubridor» de una compra de mala fe, este posee legítimamente el cuadro. Ya se pronunció así en 2015 aduciendo que las leyes españolas se «aplicaban en este caso» y que no exigían la devolución de la obra, pero la corte de apelaciones devolvió el caso a los tribunales.

El museo destacó en un comunicado tanto que el juez «ha tenido todo ello en consideración» como que la familia Cassirer «hubiera sido ya compensada por el gobierno alemán en 1956». Pero eludió comentar la argumentación del fallo judicial, que señala como, bajo los Principios de Washington sobre arte confiscado suscritos por España en 1988 y la Declaración de Terezín suscrita en 2009, existe el deber «moral» de devolver el cuadro a los Cassirer. «Es indiscutible que los nazis robaron el cuadro», apunta el juez, al reiterar que bajo la ley de EE UU «los ladrones no pueden transferir títulos de propiedad a nadie, incluidos compradores de buena fe». Reconoce que «el tribunal no tiene otra alternativa que aplicar la legislación española» y que por tanto «no puede forzar a España o a la Fundación a cumplir con sus compromisos morales».

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