Diario de León
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EFE

La Biblioteca Nacional de España ha incrementado la colección de incunables con la adquisición de 13 ejemplares, todos ellos hasta ahora en manos privadas. Gracias a este considerable crecimiento, en dos años la Biblioteca Nacional ha enriquecido los testimonios incunables de la obra del dominico Antonino de Florencia Suma de confesión llamada Defecerunt, que tuvo mucho éxito editorial tanto en latín como en romance, como refleja el gran número de ediciones que se conservan. Incluso el propio Cisneros manifestó su especial interés por su impresión, como se manifiesta en dos cartas fechadas en febrero de 1499.

Pero si hay un ejemplar que debe destacarse de este conjunto es el de Zaragoza de 1492 o la de Íñigo de Mendoza, por ser la primera y más importante pieza de las tres que incluye.

Este incunable enarbolaba en repertorios y bibliografías la etiqueta de ‘incunable en paradero desconocido’ y había sido objeto de incansables búsquedas por especialistas que nunca dudaron de su existencia. El título de la portada refleja claramente el contenido de la obra , aunque no su autoría. Por esta razón, como señala la Dra. Fernández Valladares los primeros bibliógrafos que mencionan esta edición «lo hicieron bajo el marbete (etiqueta) genérico de ».

La rareza de la edición aumenta porque la numeración se interrumpe tras el folio XXXV (35) y se reanuda en el folio LIIII (54). En esa laguna se han interpolado 40 hojas correspondientes a otras composiciones de Mendoza y de otros autores: 15 hojas de la Pasión Trobada, de Diego de San Pedro, seguidas de dos breves composiciones tituladas , probablemente de Iñigo de Mendoza, y , un texto inédito.

Como refleja el colofón, se imprimió en una de las imprentas incunables más importantes de nuestro país por la calidad y cantidad de las obras producidas, la de Pablo Hurus en Zaragoza en 1492 y los diferentes fragmentos que acompañan al texto principal probablemente corresponden también a ediciones de Hurus, de las que no se conocían ejemplares anteriores. El volumen presenta una encuadernación de bibliófilo del siglo XIX en tafilete (cuero) verde que presenta en ambos planos doble marco dorado y decoración radiante en las esquinas, con cortes jaspeados. Perteneció al Colegio de la Compañía de Jesús de la Concepción de Sevilla, posteriormente, a Gaspar Melchor de Jovellanos y, finalmente, fue adquirido por Pedro Vindel hace más de 80 años.

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