Diario de León

Literatura

El Premio Leteo vuelve por la puerta grande

El galardón leonés más internacional regresa tras suspenderse por falta de presupuesto En las quinielas ya suenan grandes de la literatura, incluido un Nobel

León

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El poeta leonés Rafael Saravia, alma del Premio Leteo, se fue con un «hasta luego» tras entregar el último galardón en 2017 al rumano Mircea Cartarescu. La falta de presupuesto impidió que el acontecimiento literario leonés con más proyección internacional cumpliera la mayoría de edad.

La concejala socialista Evelia Fernández —entonces en la oposición—, criticó con dureza la pasividad del Ayuntamiento ante la desaparición del Leteo. Ahora, desde el equipo de Gobierno municipal, anuncia el retorno del premio, tras conceder una subvención de 20.000 euros para la convocatoria de este año.

El galardón, sin dotación económica, se entregará en el último trimestre —si la pandemia lo permite—, en un escenario aún por dilucidar; previsiblemente, el Auditorio o el Palacio de Congresos. En las quinielas ya figuran grandes nombres de la literatura que el Club Leteo quiso premiar en anteriores ediciones, pero que se frustraron por la falta de dinero para traer a escritores que residen en otros continentes o por la indisponibilidad de los autores en esos momentos.

Presupuesto

El premio cuenta con una subvención de 20.000 euros y se entregará en el último trimestre del año

Entre los candidatos figuran el premio Nobel sudafricano John Maxwell Coetzee, que ha publicado algunos de sus libros antes en español que en inglés, como La infancia de Jesús o Siete cuentos morales. Junto a él, suenan algunos de los eternos candidatos al premio de la Academia Sueca, como el portugués Lobo Antunes, el holandés Cees Nooteboom —que acaba de recibir el Premio Formentor— o el japonés Haruki Murakami, censurado en China por el sexo explícito de La muerte del comendador. También está Ryu Murakami, menos conocido que su tocayo, un escritor que se atrevió a romper los cánones de la imperturbable cultura japonesa con una prosa a al altura de la crueldad del mundo que describe.

Entre los favoritos para el Leteo 2020 figura igualmente el novelista británico Ian McEwan, que acaba de publicar La cucaracha, una ingeniosa sátira sobre el Brexit, en la que da la vuelta a La metamorfosis de Kafka. Si en la obra del escritor checo un hombre acaba convertido en insecto, en la de McEwan es una cucaracha la que se transforma en hombre.

Cuando se canceló el Leteo, Saravia recibió suculentas ofertas de Valladolid y Marbella para celebrar el premio en esas ciudades. «El premio nació aquí y yo quiero que se quede aquí», dice el escritor, que está a punto de publicar un nuevo libro.

La revista de los pájaros

Con un ‘colchón’ de 20.000 euros, Saravia quiere rescatar algunas de las actividades de las que fue despojándose el Leteo por falta de liquidez, como la brillante revista anual The Children’s Book of American Birds, donde autores noveles tuvieron la oportunidad de publicar textos junto a escritores consagrados. La publicación toma su nombre del Libro infantil de los pájaros americanos, un manual de los años 50 con el que los niños norteamericanos aprendían a escribir redactando nombres de pájaros.

A Saravia le gustaría recuperar también el ciclo de conferencias, la edición de libros o una exposición que visibilice la trayectoria del ganador del Leteo. Sin embargo, en las actuales circunstancias todo pende de un hilo.

A lo largo de 17 ediciones, los Leteo han aportado muchas de las claves que tiene planteada la cultura y, por tanto, la sociedad. Martin Amis o Adonis analizaron las consecuencias del integrismo islámico; Paul Auster, Enrique Vila Matas o John Banville hablaron sin tapujos de su proceso de creación literaria; Fernando Arrabal y Michel Houellebecq demostraron que el absurdo es muchas veces el mejor camino para llegar a la razón; y Juan Gelman iluminó la desesperanza al decir que «la utopía fracasa cada noche para abrir la puerta a otra mejor».

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