Cuatro objetivos

Comenzamos el recorrido a esta singular exposición por la obras del más clásico de los cuatro, Fernando Fidalgo. El tema del retrato es el protagonista de la muestra que aquí presenta. Retratos de gente que el conoce bien y a la que puede sacar todo el jugo que el personaje es capaz aportar. Fidalgo se considera a sí mismo un retratista y hace estas fotos con la intención concreta de «que la gente se sienta identificada -nos dice- con algunas de estas miradas. No son retratos definitivos, por eso las he titulado Apuntes para un Autorretrato y quiero que los visitantes de la exposición se comuniquen con esas personas que les están mirando desde la pared». Nos cuenta que por razones de espacio no ha podido mostrar el retrato de un niño, que es la avanzadilla de una serie que se esta gestando y que dedicará exclusivamente a los más pequeños «por la necesidad de capturar unas miradas puras, de ilusión total ante la vida». Dalila Terán realiza unos trabajos muy cercanos a la pintura. Emplea una mezcla de color y blanco y negro, de realidad y ficción, de guiño a la pintura surrealista y acercamiento a la fotografía entendida a la manera clásica. Todo ello conjuntado en hermosos collages llenos de sensibilidad. Comenta que tiene una especial predilección por las obras de Dalí y «por eso las empleo como escenario de mis obras. Me interesa sobre todo conseguir unas composiciones equilibradas con todos los elementos que se unen en mis trabajos». Dalila aporta una visión nueva de las obras dalinianas sin que estas pierdan su mensaje, sino acrecentandolo, matizandolo e introduciendo en los cuadros elementos que les aportan renovado vigor. Jesús RR es el quien ofrece mayores novedades técnicas de los cuatro, empleando registros muy originales para conseguir efectos sorprendentes. Jesús trabaja directamente sobre el papel fotográfico, jugando con la resolución lumínica de la ampliadora, manipulando la luz a través de interposiciones y veladuras. Con ello consigue obras en blanco y negro de gran formato e importante impacto visual que, como en el caso de Dalyla, se acercan mucho a las creaciones gráficas, concretamente en este caso al grabado. Finalmente, nos encontramos con las fotografías de la joven leonesa Julia González Liébana, que están dedicadas de forma especial a las flores. «No he querido -nos dice- hacer una visión tópica de la belleza de las flores, he intento revelar sus momentos íntimos, sus texturas, su manera de flotar, su gesto estético. Para ello he empleado dos técnicas diferentes. Con el blanco y negro intento crear una atmósfera irreal, mágica. En color he empleado transfers vegetales con papeles hechos a mano para crear una sensación pictórica».