Diario de León

«Muchas de las piezas que podrán contemplarse merecen por sí solas una muestra»

Julián González: «Sé que a León le va a gustar la exposición de San Isidoro»

El jueves el claustro de San Isidoro abrirá sus puertas a la que será, sin duda, la exposición del año en León, dedicada al que fuera arzobispo de Sevilla y patrono

El catedrático leonés Julián González, comisario de la exposición

El catedrático leonés Julián González, comisario de la exposición

León

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Julián González tuvo un sueño. Quería reunir los grandes tesoros visigóticos y dar a conocer una cultura solapada entre la romana y la árabe. La idea también bullía desde hacía tiempo en la cabeza del abad de San Isidoro, Antonio Viñayo. Ambos, vecinos de pueblo -uno, de Rioseco de Tapia, el otro, de Otero de las Dueñas- se confesaron mutuamente, lo que, por entonces, no era más que una aspiración compartida. Un año antes de cumplirse el 1.400 aniversario de la ordenación de San Isidoro como arzobispo de Sevilla, Julián González, catedrático de Filología Latina en la universidad hispalense, inició los primeros contactos para llevar a cabo una exposición que hermanara a León y la capital andaluza, las dos ciudades que marcaron la vida de San Isidoro. A ellas se sumaría, más tarde, Cartagena, que se disputa con Sevilla el nacimiento del autor de las Etimologías. El pasado 30 de abril se cumplía definitivamente el sueño de Viñayo y González. La Fundación el Monte de Sevilla reunía las 62 mejores piezas visigóticas, «minuciosamente elegidas», para ser mostradas a más de 50.000 personas. El jueves, la exposición San Isidoro, Doctor Hispaniae, podrá ser contemplada en el claustro de la Colegiata. En opinión del comisario de la muestra, «será como ver una joya dentro de otra joya». La exposición se articula en tres áreas. La primera está dedicada a San Isidoro, el hombre y su tiempo. En este apartado se incluyen piezas extraordinarias de la cultura visigoda, como el Tesoro de Guarrazar o el de Torredonjimeno, así como elementos arquitectónicos de gran valor -cedidos por el Museo de Mérida-, ajuares funerarios, inscripciones, ladrillos decorativos y una colección de treinta monedas de oro de la época. La segunda área se articula en torno a San Isidoro, el sabio, y recopila las obras del «padre del europeísmo», tanto manuscritos como ejemplares impresos; entre ellos, la edición de 1599 encargada por Felipe II, además de otros valiosos libros, empezando por la biblia visigótico mozárabe de la Colegiata. Por último, una sección dedicada a la estela de San Isidoro, es decir, su influencia en el mundo cultural posterior. En este último apartado se incluyen obras de la Colegiata como el cáliz de Doña Urraca, la arqueta de las reliquias del santo, el Pendón de Baeza, el de la ciudad de Sevilla, un casetón del altar de la catedral hispalense que reproduce la Giralada y dos valiosas esculturas, también de la catedral de Sevilla: una imagen del santo, que se procesiona en el Corpus y está atribuida a Duque Cornejo, y un cuadro de San Leandro -hermano de San Isidoro-, obra de Murillo. A Julián González le han quedado dos «espinas». El Museo Arqueológico Nacional le denegó el cáliz de Fernando I, procedente originariamente de la Colegiata, temiendo que un desplazamiento pudiera afectar a esta delicada pieza de marfil. La otra decepción fue no poder contar con un lienzo de San Isidoro, de Murillo, cedido a otra exposición y que sí podrá verse en Cartagena cuando concluya la de León, a finales de septiembre. Sin embargo, González está convencido de que la muestra va a gustarle al público. «Puedo prometer que se ha puesto mucho cariño en ella». Algunas piezas -afirma- «mereceren por sí solas una exposición». Además, el montaje de San Isidoro, Doctor Hispaniae, permitirá admirar en todo su esplendor la capilla de los Castañones, con un espléndido artesonado mudéjar, rehabilitada recientemente, así como la de los Quiñones, restaurada con anterioridad. Aunque la muestra «repidte» alguna pieza que ya pudo contemplarse en Maravillas de la España Medieval, como el Tesoro de Guarrazar -que ahora se mostrará completo-, el comisario explica que tanto el contenido como el escenario son distintos. San Isidoro, Doctor Hispaniae ha sido financiada por la Fundación el Monte, Caja Duero y Caja Murcia, que han aportado 360.000 euros, a los que hay que añadir los gastos de montaje en cada una de las tres sedes.

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