Canciones del alma

Canciones del Alma, es el título del nuevo libro-disco del leonés Amancio Prada, que está dedicado íntegramente a textos de San Juan de la Cruz, a los que se han incorporado cuatro nuevos poemas musicados por el propio cantautor, como son: La noche, La fuente, La llama y Vivo sin vivir en mí, además de un precioso villancico, Del Verbo Divino, también de San Juan de la Cruz. Para el cantautor de la localidad berciana de Dehesas El Cántico Espiritual es la obra que más alegrías le ha dado a lo largo de su carrera. «El primer contacto con San Juan de la Cruz lo tuve -dice- en una de esas habitaciones de criada de los pisos altos de París, que llamábamos el séptimo cielo. Me lo presentó un compañero de estudios. Me puse a trabajar en él y la primera versión apareció en abril de 1972». Viviendo en Segovia, ya en 1975, retomó la composición con intención de cantar el poema completo y ampliar la instrumentación a un trío de guitarra, violín y violonchelo. «En l977, estrenaba la nueva versión en la iglesia románica de San Juan de los Caballeros, rodeado de amigos, un sábado de gloria y con un frío secular». Cantar como quien reza Cantar como quien reza, sería la mejor definición de este último trabajo de Amancio, un libro-disco que marca un punto y aparte en el estilo de este incendiario del alma que consigue, con cada nuevo registro, hacer vibrar las fibras más sensibles del ser tan sólo con el poder de su voz y su guitarra. Fiel a una trayectoria que se remonta más de treinta años atrás, Amancio Prada ha logrado crear un estilo propio que en nada tiene que ver con el resto de sus colegas de oficio por su peculiar concepción de lo que él entiende por el alma de la música y el sentir del verso, su enorme poder de convocatoria es enorme y su facilidad para transmitir sensaciones a públicos de la más diversa condición, edad y cultura, un auténtico milagro. La vena creadora encuentran en la voz del cantautor leonés el mejor vehículo de inspiración para quienes deseen encontrarse sin artificios con la verdadera poesía, esa que mana espontánea del corazón, como los abrasadores versos del místico San Juan de la Cruz con el que Amancio Prada se encuentra tan identificado. La frescura consustancial de su voz se ciñe como un guante a estos versos que son como un cantar y decir, como un soplo de vida a la letra impresa, transformándola en llama encendida que todo lo consume para al instante volver a renacer. Estas Canciones del Alma son un regalo impagable de quien conoce los resortes del alma y los estruja hasta convertirlos en puro néctar a través de los versos de San Juan de la Cruz, plegaria arrebatada que hacen que voz y guitarra confluyan en ese latido de vida, en ese lamento musical que es como deambular por los estratos más recónditos de depurado lirismo. El «poeta del alma», recostado en la evocación, nos ofrece en este disco, con la sencillez y ternura que siempre adorna aquellos poemas de los que se enamora un «tratado de lirismo», de ternura y de eterno y merecido agradecimiento.