«El cuento está vivo»

El escritor leonés José María Merino lamentó ayer lo difícil que resulta en España publicar libros de cuentos, debido a la preferencia de la mayor parte del público por las novelas, por lo que consideró que si el cuento «sigue vivo como género» es por el empeño de los escritores en él. «El cuento está vivo porque los escritores no dejan de escribirlo. Es una tradición que tiene casi ocho siglos en lengua castellana y los escritores seguimos empeñados en escribir cuentos. Por eso sigue vivo el género... y también por unos cuantos aficionados que lo aman», declaró Merino. Este escritor, autor de varios libros de cuentos y de antologías sobre los mejores relatos cortos y leyendas escritas en español, abrió ayer en Santander el ciclo de conferencias que la Fundación Marcelino Botín dedica esta semana al cuento literario. Merino defiende la dignidad del cuento como género autónomo, con una técnica distinta a la novela, con unas características que imponen «austeridad» al escritor, y que «en absoluto» se puede entender como un «aprendizaje» para la narrativa larga. La mayor parte de los lectores desconoce las peculiaridades del género porque se publican pocos cuentos, lo que hace que se vendan pocos libros, lo que a su vez lleva a que los editores sean remisos a editarlos, explicó. «La pescadilla que se muerde la cola», añadió. Todo ello hace que editar cuentos sea hoy en España «una osadía», bajo su punto de vista, a pesar del prestigio de los escritores que han cultivado el género en la historia y del éxito de algunos de sus autores actuales, como Manuel Rivas o Luis Mateo Díez. Merino considera que uno de los problemas del género es la propia ambigüedad de la palabra «cuento», en la que cabe «cuento infantil, cuento maravilloso, cuento de hadas, cuento literario...». Confiesa que se siente «cómodo en esa ambigüedad» y prefiere que al cuento se le llame cuento que relato corto, porque «el cuento tiene su gracia, su interés, por eso atrapa al lector», mientras que «relato puede ser cualquier cosa, hasta el acta de la reunión de una comunidad de vecinos es un relato». «Fernando Quiñones aborrecía la palabra cuentos y defendió en un artículo muy largo que se les llamara relatos, para no confundirlos. Ha sido mi generación la que ha recuperado la palabra cuento, Alvaro Pombo, Luis Mateo Díez, Juan José Millás....».