Carlos Saura dibuja con «Salomé» una metáfora «sobre la pasión enfermiza»
Carlos Saura verá como este viernes llega a los cines españoles su musical Salomé, protagonizado por la bailarina Aida Gómez y el actor catalán Pere Arquillué, con música de Tomatito y Roque Baños, y fotografía de José Luis López-Linares. La cinta, que alcanzó el Premio a la Mejor Contribución Artística en el pasado Festival de Montreal, gustará a los incondicionales del flamenco, a los amantes de la danza y a todos los que en su día se enamoraron de Carmen, Bodas de sangre, Flamenco, Sevillanas y Tango. «No sé si Salomé es una mujer maravillosa o tremenda. La película es una metáfora sobre las pasiones que alcanzan niveles enfermizos y acaban en tragedia. En ella está la lucha eterna entre el espíritu y la carne, demostrada en el duelo entre Salomé y San Juan Bautista», explicó ayer Saura, a la vez que indicó que rodar «un proyecto lleno de peligros por el tema que trata ha sido apasionante». El filme es una historia de celos, sexo, vanidad y ambición que narra la tragedia que se vivió hace dos mil años en Galilea cuando una joven pidió como precio por su baile la cabeza de un hombre.