Diario de León

Como Pereira por su casa

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, inaugura hoy el piso museo del autor villafranquino

León

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El paseo de Papalaguinda regala luz hasta en un día nublado y lluvioso como estos en el tercer piso del número 19 de la Avenida de la Facultad. Aquí vivió y escribió Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 13 de junio de 1923-León, 25 de abril de 2009) y ahora, como en una foto fija, se ve esa vida. O cómo fue. O cómo sería. Se admitiría la fabulación, que para eso estamos ante uno de los grandes del género. Hoy viernes, la Fundación Antonio Pereira inaugura lo que será ahora, convertida en casa museo, que más que nada sería el lugar en el que corroborar la existencia de Pereira en León. El resto será el contenido con el que se llene.

La apertura oficial contará hoy con la presencia del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el alcalde de León, José Antonio Diez; el rector de la ULE y presidente del Patronato de la Fundación Antonio Pereira, Juan Francisco García Marín; el director-gerente de la Fundación y sobrino del escritor, Joaquín Otero, y la vicerrectora de Relaciones Institucionales y con la Sociedad, Mª Dolores Alonso-Cortés.

Si Antonio Pereira vivió mucho y muy bien, lo mismo hizo en la literatura. Por eso sus obras están presentes. Escribía a pluma y consta en una mesa en la que reposa una de ellas sobre un cuaderno de hojas blancas en las que Pereira escribió. Qué buena letra tenía. Ese lugar parece responder a una señal de que al fondo hay un escritor, puesto que su lugar de trabajo se ubicaba en una habitación que daba a un patio interior, como si prefiriera la intimidad casera que otras zonas de más tránsito. Al lado contrario al que la intuición lleva al entrar en el piso da ese rincón donde Pereira se recogía para escribir. Por supuesto, si la huella del genio de Villafranca permanece, lo mismo o más ocurre con la de su mujer, Úrsula Rodríguez. Tan presente como él. El futuro de este piso será el de casa museo. Habrá actos, encuentros. Y así, la obra de Pereira permanecerá viva. Y de alguna forma también la de cuando todos eran tan jóvenes. Victoriano Crémer, Antonio Gamoneda, Elena Santiago, Juan Carlos Mestre, el propio Pereira, todos en fotos representativas en donde, por ejemplo, comparte mesa de jurado con Cela o Caballero Bonald son protagonistas totales.

La modernidad está presente en una sala de reuniones que dará pie a encuentros, congresos, actos. Y esas vidrieras que ya anuncian la fundación sirven para dar fe de esta nueva vida de los Pereira Rodríguez. Hay libros, por supuesto. Y hay discos de música clásica, flamenco, de François Hardy, Leon Giecco... Aquí vivió Pereira. Y esos recuerdos son los que se empeñan en buscar el imposible de la eternidad. La que a veces, gracias en este caso a su familia, con Joaquín Otero al frente, logra que la llama talentosa de Pereira no se extinga sino que devuelva tanta luz como la que entra por la ventana cualquier mañana de otoño en León.

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