El hijo de Fernán-Gómez cuelga su colección de El Paso en Botines

Fernando Fernán-Gómez se disculpa: «Soy un coleccionista modesto». Sin embargo, el hijo de la cantante María Dolores Pradera y del reconocido actor —con quien guarda un parecido extraordinario—, posee la mejor colección de arte del grupo El Paso de España. De momento, ha cedido a Botines seis obras durante al menos un año; «luego, se verá».

Cuatro de ellas las colgaron ayer en una sala los restauradores del museo. Se trata de Ordenación del caos , de Pablo Serrano; Sin título (1972) y Dibujos ( 1959), ambas de Manuel Viola; y un dibujo a rotulador de 1957 firmado por Antonio Saura. Otras dos piezas permanecerán temporalmente en el almacén: un dibujo de Serrano y Carlos III, de Saura.

Han sido los restauradores, según el marchante y coleccionista, los «culpables» de que las obras estén en León. Fernán-Gómez aseguró que en sus 50 años en el mundo del arte no había visto un trabajo tan minucioso como el que realizan los conservadores de Botines.

Los seis cuadros se mostrarán, junto a otros 77 más que se exhiben actualmente en la sala de La Encarnación de Zamora —en la muestra El Paso. Signo de una época— , a partir del 21 de septiembre en León.

Comer y coleccionar

Fernán-Gómez aseguró que «Botines es el mejor sitio para exponerlas. En las casas no hacen nada, deben estar en los museos». El marchante, que tuvo diez galerías de arte, confesó que posee más de 350 obras.

«Por mis manos han pasado miles de obras y he ido guardando algunas, en la medida de mis posibilidades, porque primero había que comer y, luego, almacenar». Su debilidad han sido los artistas del grupo El Paso, constituido entre 1957 y 1960 por una decena de artistas que fueron los grandes introductores del arte abstracto en España: los pintores Antonio Saura, Luis Feito, Manolo Millares, Antonio Suárez, Manuel Rivera, Rafael Canogar, Juana Francés y Manuel Viola; y los escultores Pablo Serrano y Martín Chirino.

Botines exhibe en sus paredes alrededor de 200 obras, que se pueden contemplar en el recorrido del museo, algunas pertenecientes a los miembros del grupo El Paso, pero realizadas antes o después de que funcionaran como colectivo artístico.

Fernán-Gómez anunció ayer que, en colaboración con Fundos (Fundación Obra Social), responsable de la gestión del Museo Casa Botines Gaudí, realizará varias exposiciones de los artistas que consiguieron reagrupar a la vanguardia dispersa tras la Guerra Civil.

El Paso supuso la aceptación del arte abstracto por el régimen franquista, que vio en este grupo de artistas, respaldados por galerías de arte de la época, una forma de propaganda, de ahí que comenzase a moverlos por las grandes bienales internacionales, como las celebradas en Venecia o San Paulo, lo que les dio una repercusión internacional.

Fernán-Gómez, que ha tenido diversos oficios, entre ellos el de representante de su madre, además de editor de revistas de arte, admitió que antes de decidir dejar en depósito las seis obras en Botines visitó el museo en septiembre. «Me parece un espacio maravilloso», afirmó.

El Museo Botines tiene previsto, cuando concluya la actual exposición temporal dedicada a Picasso, albergar una muestra sobre Sorolla —coincidiendo con el centenario del genio valenciano— y, después, la itinerante sobre El Paso, que tras Zamora hará una escala en Salamanca. Una muestra que reúne obra única y piezas que nunca han sido reproducidas ni catalogadas hasta la fecha, como varias pinturas de Manolo Millares y un crucifijo de Pablo Serrano.