Víctor Sombra indaga en ‘A doble ciego’ sobre los límites de la industria farmacéutica

A doble ciego , el título de la nueva novela de Víctor Sombra, toma el nombre de un tipo de experimento en el que ni los participantes ni los investigadores saben qué individuos están en el grupo de control, que recibe placebos, ni quién está en el grupo experimental, que toma el tratamiento ensayado. Este logrado juego lingüistico sirve además a Sombra (Salamanca, 1969) para adelantar una parte de la trama de su libro (publicado en Literatura Random House), una indagación novelesca en los recovecos y las contradicciones de la industria farmacéutica desde un punto de vista casi filosófico, en el que el lector acaba preguntándose qué conoce, qué ignora y que conoce que ignora.

«En ocasiones, los seres humanos somos los conejillos de indias de una industria que busca maximizar sus beneficios», explica Sombra, que disfruta de una privilegiada atalaya desde la que comprobar las interacciones de las farmacéuticas y el dinero. Vive desde hace dos décadas en Suiza, sede de algunos de los laboratorios más importantes del mundo, y trabaja para Naciones Unidas.

«La medicalización y la institucionalización excesiva producen en sí mismas enfermedades. Ya sabemos que, por ejemplo, una buena atención primaria evita esa excesiva institucionalización y frena el alto gasto en recursos. Pero recetar medicamentos es una solución más cómoda en un contexto en el que no hay tiempo para atender al paciente ni para entender el tejido de la sociedad», sostiene el escritor.

En este nuevo ‘thriller’, Sombra reflexiona sobre los límites legales de la industria.