Diario de León

Julio Llamazares alumbra un taller sobre la fuerza del paisaje

La Plantación ofrece un curso de tres días en el que el escritor mostrará los secretos de su obra

Julio Llamazares ante las aguas del pantano del Porma. JESÚS F. SALVADORES

León

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«Los dogmáticos creen que el paisaje es inmutable». Julio Llamazares ha convertido el paisaje en el protagonista de su obra hasta el punto de que en ocasiones parece que es el verdadero narrador de la historia. Desde La lluvia amarilla — «Durante cinco o seis semanas, las hojas de los chopos borraron los caminos y cegaron las presas y entraron en mi alma como en las habitaciones vacías de las casas»— pasando por Escenas de cine mudo — «(...) película a película y novela tras novela recorrí Estados Unidos y dormí al menos una noche en cada una de sus ciudades»— a la más reciente Vagalume — «Era un puente de hierro del XIX que, abandonado al río, había quedado inservible. Un puente que nadie cruzaba ya porque pocos sabían de su existencia. Es como yo, me dijo Manolo castro con una sonrisa triste»— la naturaleza es el personaje que conduce al lector a través de la historia, el que modifica la conmoción, las sensaciones, quien muestra los meandros de cada una de las figuras que pueblan las palabras. El escritor insiste en que el paisaje siempre es un espejo, que por esa razón su concepción cambia. Este apego de Llamazares se contempla muy bien en Distintas formas de mirar el agua , la novela en la que el Porma devuelve a cada uno de los integrantes de una familia paisajes alternativos, vivencias únicas, tonalidades propias de la experiencia y el momento que cada uno de ellos atesora en su memoria. «La concepción del paisaje a través de la historia a cambiado sustancialmente. Antes se pensaba que era el telón en el que se desarrollaba nuestra vida, como las telas de fondo que ponían los fotógrafos para los que lo importante eran las personas, sobre todo los poderosos. Sin embargo, con la llegada del Romanticismo la humanidad toma conciencia de la dimensión del paisaje y la figura humana se vuelve más pequeña». La explicación del escritor se detiene en el cuadro de Caspar David Friedrich El caminante, que demuestra que el paisaje determina nuestra forma de ser. «He escrito que el paisaje es un derecho humano más. Es de todos y determina nuestra felicidad e infelicidad», añade.

La Plantación, un pazo en plena Rivera Sacra, acoge un taller en el que durante tres días—15, 16 y 17 de marzo— abordará junto al autor una reflexión sobre la relación entre la literatura y el paisaje, y sobre la importancia de éste en la vida de todas las personas.

El taller estará dividido en cuatro partes, una por cada unidad de tiempo. En la primera sesión del viernes por la tarde, nos presentaremos y conversaremos a partir de la lectura del texto “El espejo del alma. Una meditación sobre el paisaje». La segunda sesión del sábado por la mañana, arrancará con la proyección del capítulo de la serie de TVE Esta es mi tierra , dedicado al autor guiará después para conversar sobre la influencia de los paisajes de las personas participantes en el taller, en su sensibilidad y en su imaginación. La tercera sesión del sábado por la tarde, arrancará con la proyección de la película Eloxio da distancia rodada por Felipe Vega y por Llamazares en el territorio de A Fonsagrada, en Lugo. Se hablará de las distintas maneras de percibir el paisaje en función de la relación con él, de cada persona.

El domingo concluirá el taller con la presentación de El eco de la montaña, el proyecto desarrollado por el IES de Boñar a partir de la novela de Llamazares Distintas formas de mirar el agua y que constituye un ejemplo de cómo fusionar literatura y paisaje, y de cómo acercar ambos a los alumnos y al público en general.

Un derecho

«He escrito que el paisaje es un derecho humano más y determina nuestra felicidad o infelicidad»
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