EL FOTÓGRAFO Y EL ESCRITOR
La imagen y la palabra en Vega y Sánchez Santiago
‘Ciertos deslumbramientos’, exposición producida por el Ilcyl, se exhibe en el Museo de León hasta el próximo 4 de mayo

Mar Sancho, durante su intervención, junto a Tomás Sánchez Santiago y José Ramón Vega, y resto de autoridades.
La letra a esa música en imágenes de José Ramón Vega la pone Tomás Sánchez Santiago. Pero no es una letra guía. Es la pulsión literaria sobre la pulsión fotográfica. Por cierto, ya lo dijo Vega: «Es dificil explicar las fotografías». Pudo añadir: porque no tienen explicación. En el Museo de León, edificio Pallarés, está la exposición Ciertos deslumbramientos, que así se llama este diálogo entre las imágenes de José Ramón Vega y la poesía de Tomás Sánchez Santiago. Pero las palabras de Mar Sancho sí que sirvieron para conectar con esta creación delicada que son las fotos y textos de uno y el otro. Y lo hizo Sancho por partida doble, y brillante, para los medios y luego más institucional. Junto a ella, Gerardo Álvarez Courel, presidente de la Diputación; Eduardo Diego, delegado de la Junta; Elena Aguado, concejala de Cultura; Amelia Biaín, jefa del Servicio Territorial de Cultura, entre otros. La viceconsejera de Acción Cultural, Mar Sancho, inauguró ayer una muestra que, en palabras de la viceconsejera, «cuelga de las paredes del Museo de León la literatura, evidenciando la capacidad reveladora de las palabras bien escritas y resaltando la interacción de los museos provinciales con la creación actual en todas las disciplinas artísticas». Asimismo, Sancho reseñó «la destacable labor de estos museos en sus múltiples tareas, la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio y las artes de Castilla y León, pues estos centros no se circunscriben tan solo a sus materiales históricos, sino que abren sus puertas a la creación actual en diálogo con la belleza del pasado que custodian».
Contó Jr. Vega que «en ocasiones uno no sabe lo que está buscando, no sabe lo que hay detrás de la fotografía», comentó. Reflexión a partir de la que se llega a los destellos de las fotografías y, por supuesto, esos deslumbramientos a los que alude en su título la exposición. «Los que vengan aquí esperando que Tomás (Sánchez Santiago) interprete las fotos se van a encontrar con otra cosa. Porque lo que hará es, en ocasiones, contradecirlas, estrujarlas, a veces, dejarte pensando y a veces sacarte una sonrisa», aseguró, además de agradecer la iniciativa del Instituto de la Lengua de Castilla y León y a Mar Sancho por hacer posible la muestra. En esta categoría de hacer posible también habría que poner en el podio a Eolas y a Héctor Escobar, máximo responsable de la editorial. Porque de Eolas llegan estas sinergias que se traducen en cultura y calidad, como esta exposición, o la fascinante colección La belleza, auténtico detonante de lo que ahora es exposición.
El tiempo y el espacio
Tomás Sánchez Santiago, autor de libros rotundos como El que menos sabe o Años de mayor cuantía, señaló que «mi papel aquí, como dijo Vega, es independiente de las fotografías. Para mi, el género más cercano a la poesía es la fotografía. En ese desafío de jugar con el tiempo, el tiempo se convierte en espacio. Las fotografías ‘se cuelgan’. Es decir, el tiempo se convierte en espacio. Mis textos no tienen que saltar la soberanía de la fotografía». Sánchez Santiago destacó el vitalismo que ha impregnado a su trabajo creativo.
«El fotógrafo berciano pertenece a la estirpe de artistas que creen en la secreta vitalidad de la materia», según lo describió Sánchez Santiago. Sostiene también la capacidad de Vega a la hora de establecer relaciones inesperadas entre lo consabido y lo imprevisto, entre lo duradero y lo efímero.
También se podría añadir que como esa luz de Las Meninas, infinita, más hipnotizante a medida que se aleja el observador, en muchas fotografías de Vega, dicho así en confianza redundante: si dice Vega dirá foto, hay una muestra de sobra de ese instante incógnita de la luz que a veces es todo y otras, esa irrupción que entra en la escena como cuando se cambia de tema repentinamente.