Diario de León

Presentó trece años de trabajo hechos enciclopedia

Peridis: «Hemos abierto al románico la puerta de la inmortalidad»

El humorista y arquitecto, en el centro, durante la presentación

El humorista y arquitecto, en el centro, durante la presentación

León

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El poeta leonés Antonio Gamoneda, «por razones serias de amistad con los autores», abrió ayer el acto de presentación de la Enciclopedia del románico en Castilla y León, dirigida por el conocido arquitecto y humorista gráfico José María Pérez Peridis, que concitó a numeroso público en el Hostal de San Marcos. Para Gamoneda, la noción de enciclopedia está muy justamente colocada en los catorce tomos que la integran, «no sólo por razones de tamaño, sino por los diversos y extensísimos contenidos». Destacó de esta magna enciclopedia -de 8.300 páginas y 12.000 fotografías- que «al lado de lo más, he visto lo menos» -por la inclusión no sólo de los grandes monumentos, sino de todas las iglesias y monasterios de este arte que, como dijo Peridis, es la principal seña de identidad de nuestra comunidad», y eso, añadió Gamoneda, «es causa de una especialísima sensibilidad». De hecho, en la obra han trabajado durante trece años más de 300 personas, como constató el coordinador de la obra, el leonés José Manuel Rodríguez Montañés. Gamoneda citó algunos paralelismos entre la enciclopedia y su poesía. Fiel a su vicio de reescribir impenitentemente sus poemas, rescató para la ocasión uno fechado hace cincuenta años, Tímpano románico, con el que emocionó a los asistentes. Igualmente, Peridis se remontó medio siglo en el tiempo para desvelar cómo se gestó su comunión con el románico. El culpable fue Bahamontes Relató Peridis que cuando el ciclista español ganó el tour en 1959, él inmortalizó el insigne acontecimiento con una gigantesca pintada de cal sobre los muros del monasterio románico de Aguilar de Campoo, situado a pocos metros de su casa. No sería la única «picia» contra el monasterio. Tiempo después, descubierta su inclinación por la escultura, dejaría un imborrable bajorrelieve de su admirado Kubala -«que todavía se conserva, aunque no diré dónde»-. Por avatares familiares, su padre le envía a Madrid con un tío cura bien situado, en cuyo domicilio conocerá al que posteriormente sería el coordinador de la citada enciclopedia, Miguel Ángel García Guinea, hombre de «impactante bigote». Recordó también sus años de infancia franqueando los prohibidos muros del monasterio, jugando en su claustro y mostrándolo, ante la ausencia del guarda, a los escasos visitantes -exclusivamente catalanes-. Aquellos ocasiones turistas denunciaban reiteradamente el abandono del templo del siglo XIII, lo que fue calando hondo en el joven Peridis, quien una vez licenciado en arquitectura regresa a Palencia con la intención de restaurarlo. Ante la inicial falta de dinero, echa mano de las escuelas taller y crea un centro de estudios del románico. Nace así un amplio equipo de trabajo. El presidente de Caja Duero, Battaner, se «engancha» con la idea y durante trece años financia una obra que ve ahora la luz, según explicó Javier Santos, director general adjunto de la entidad. Peridis afirmó ayer que la gran contribución de la enciclopeida es recuperar la memoria olvidada de miles de pueblos semiabandonados. «Va a estar en todas las bibliotecas del mundo. Hemos puesto en valor el patrimonio. Hemos abierto al románico la puerta de la inmortalidad», afirmó. «¿Quién se atreve ahora a dejar caer alguno de esos monumentos?», se preguntó. Peridis, dirigiéndose al público, concluyó como comenzó su amena exposición: «Aquí una Enciclopedia del románico de Castilla y León, aquí unos amigos»...

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