Alonso Ares: «La poesía es un grito que rompe las entrañas»

El poeta y ex alcalde de Astorga, Adolfo Alonso Ares, formalizó ayer su ingreso en la Academia de Poesía de Castilla y León, que reúne ya a una veintena de miembros. Durante su discurso de ingreso catalogó la poesía como «un grito que rompe las entrañas, como renglón estéril de un lamento», que con el transcurrir de la vida también se hace «sendero, paso que fecunda en emociones que van y se deslizan sobre el tiempo». El neófito agradeció su inclusión «en el recinto mítico de la palabra que sueña en los inviernos» y recordó a compañeros que le antecedieron en la Academia ya fallecidos como Claudio Rodríguez, Francisco Pino y Francisco Javier Martín Abril, quienes «representaron en su vida y en sus obras ese halo que ahonda entre los ecos que brotan de los hombres». La misión de los poetas, dijo Alonso Ares, es la de «saber apresar ese eco de otras voces que se hacen nítidas frente a la aspereza y fragilidad de la tierra», en su caso su ciudad natal de Astorga que concibió como «reflexión de infancia y, por tanto, de inicio en la pasión de este lenguaje». En este punto mencionó a Leopoldo Panero, quien «fue el eslabón y vértice de lo grandioso en la reflexión de un niño que iniciaba su andadura», y a su padrino Antonio Pereira, «maestro y acompañante en estos en estos pasos», cuya obra «se ha sembrado en un surco sin nombre, que es como el pan, como el fermento de un Bierzo que me aleja en la memoria». La réplica de Pereira El escritor leonés Antonio Pereira reivindicó ayer a la poesía «como hija del silencio para vivir y crecer en la belleza», durante la contestación al discurso de ingreso de Alonso Ares como miembro de número en la Academia de Poesía, que acaba de cumplir cinco años. Pereira definió la poesía como la «consecuencia y origen de un misterio, hecha de contrastes, sonidos y silencios oportunamente distribuidos», durante un discurso breve pronunciado en la Sala Fray Pío del Real Monasterio de Nuestra Señora de Prado que escucharon diversos académicos y autoridades. Pereira apeló a la «autenticidad del silencio» para salir al encuentro de la belleza. Antonio Colinas, Gonzalo Santonja, José Luis Puerto, Carlos Fruhbeck y Andrés Quintanilla fueron algunos de los académicos que asistieron a esta ceremonia en la que Pereira expresó su convencimiento de que «algunas calamidades mundiales se producen porque los mandatarios se reúnen mucho sin tiempo para escuchar a su propia conciencia».