Diario de León
Publicado por
MIGUELANXO FERNÁNDEZ
León

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SORPRENDE que en la semana del 13 al 19, Los Simpson se colocasen en cuarto lugar de los diez programas más vistos sin bajar de los 3.400.000 espectadores, superando con su doblete del lunes 16 a Siete vidas (Telecinco) y El comisario (Telecinco). De hecho son actualmente la joya de la corona de Antena 3, que no rasca bola por encima de los tres millones. Sorprende todavía más que un serial de su veteranía (en España comenzó a emitirse en 1991) resista con semejante fuerza. Cierto que la privada lo emite diariamente en una franja bastante huérfana en la competencia, entre las 14 y 15 horas, franja en la que en días lectivos son muchos los escolares que ya están en casa. Puede que junio y su media jornada escolar haya contribuido a cifras tan espectaculares. Pero el éxito de Los Simpson no responde a factores tan coyunturales, sino a sus cualidades, sobre todo a su ácido humor negro y a su dosis de transgresión, lindando lo políticamente incorrecto en una sociedad norteamericana que se lo perdona por tratarse de animación... Bart (nombre a partir de bart, en inglés algo así como «mocoso malcriado») Simpson («hijo de un simplón») tira de una familia cuyo cabeza, Homer, se gana la vida como inspector de seguridad en la central nuclear de Springfield. Asombra que una década después, su frescura siga intacta. Desde hoy al viernes se emiten los capítulos 265 al 279, y en el 275 (miércoles 2), aparecerá Richard Gere intentando convertir a Lisa al budismo. El catálogo de lindezas es amplísimo. Al final resultará que el público es más inteligente de lo que algunos programadores creen y ciertos apóstoles de la telebasura proclaman.

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