Un programa diseñado para venerar al maestro alemán

Wagner y sólo Wagner es lo que se vive cada día en Bayreuth. El visitante que llegue por vez primera a esta pequeña ciudad de la alta Franconia tiene una impresionante oferta de actividades y visitas, pero, naturalmente, los wagnerianos recalcitrantes son lo que verdaderamente disfrutan de este museo vivo de su dios. Para verlo todo, (nunca se ve con el detenimiento que uno quisiera) hay que comenzar temprano para iniciar el recorrido por los lugares santos: Wahnfried, la casa del maestro (hoy convertida en efervescente museo) en la que el compositor residió los últimos años de su azarosa vida junto a su esposa Cosima, la hija del también autor Franz Liszt. ¿Y qué es lo que allí puede encontrar el extasiado viajero? Pues desde un mechón de pelo del autor de Tanhäuser en perfecto estado de conservación hasta las partituras originales de Parsifal , por no mencionar los trajes del maestro, sus utensilios personales o su piano Stenway que preside una amplia sala donde Richard Wagner se recogía para elaborar sus composiciones o recibir a las visitas más íntimas.