Diario de León

| Crítica | Música |

Aburrirse con elegancia

Un momento de la representación de la zarzuela

Un momento de la representación de la zarzuela

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno - león
León

Creado:

Actualizado:

Por más que se empeñen investigadores y musicólogos en desempolvar obras arrumbadas por el olvido en algún lugar de las bibliotecas de palacio, (por algo las habrán puesto allí) y darnos a conocer joyas de nuestra literatura zarzuelística del XVIII, todavía no es el momento adecuado para programarlas puesto que León no tiene la oferta musical, ni el público suficiente para este tipo de actuaciones más dirigidas a una audiencia especializada y minoritaria . Una ciudad en la que desde nunca hay temporadas estables de ópera y zarzuela y donde se está intentando sacar a flote  una programación modélica  en un Auditorio en el que se sabe ya muy bien lo que funciona y lo que no, lo que llena, lo que interesa y lo que deja tibio al respetable, donde según nuestro concejal de Cultura el déficit acumulado se remonta a más de setecientos millones de nuestras queridas pesetas, el traer títulos fuera del gran repertorio es abocarnos a tener la sala bajo mínimos (afortunadamente el último día rozó el 50%). No hace falta decir que en absoluto estamos denostando estas obras minoritarias ni ponemos en tela de juicio sus valores musicales, históricos, artísticos y documentales, pero programarlas en ciertos auditorios donde se carece de esa tradición es, cuanto menos, arriesgado. Pasando a lo estrictamente musical ante una partitura como Júpiter y Semele de Antonio de Literes, una serenata como se ha descubierto recientemente y no una zarzuela _que el pasado sábado puso en escena el grupo Al Ayre Español dirigido por Eduardo López Banzo_ cabe adoptar dos posturas, una, la del neófito que asiste por vez primera a una zarzuela barroca y se queda pasmado ante una melodía hermosa, algo reiterativa y una puesta en escena sin escena, con números concatenados que se van alternando en las bien timbradas y magnificas voces de los solistas para ofrecerles un espectáculo musical que tiene mucho del género chico y poco de creación propia. La otra la del oyente experimentado que va más allá de lo anecdótico, encuentra anacronismos como el de las castañuelas, que Banzo añadió ad libitum y tentado estuvo en suprimirlas, pero que no tiene mucho que objetar en cuanto a la calidad de lo expuesto ni a la manera de expresarlo ante un grupo instrumental perfectamente empastado con lujos entre sus componentes como Barry Sargental violín primero o Jasu Moisiko, oboe y flauta.  Arias virtuosas y una lectura que se acoge a la naturaleza expresiva inmanente a la música; una Semele artísticamente excelente y unas voces que bordaron desde una Marta Almajano que hace una recreación de Júpiter soberbia con un lamento final de reclinatorio, hasta una Lola Casariego de auténtica referencia, pasando por una Marina Pardo todo gracejo y buen hacer, un barítono-actor como Jordi Ricartimpostado de gran fuerza expresiva o un contratenor en consonancia. López Banzo mantuvo unos tempiágiles y una dirección viva y atenta hasta conseguir una excelente recreación de esta zarzuela o como quiera llamársela, que aburrió en lo dramático y entusiasmó en lo vocal e instrumental.

tracking