Valentín del Fresno expone sus acuarelas en la sala Arte Bernesga

Como la mayoría de los acuarelistas, el asturiano de Infiesto Valentín del Fresco, es un gran amante de la naturaleza y un viajero impenitente por los más hermosos paisajes de su tierra y también de los valles leoneses de Las Omañas, Babia o los Picos de Europa. Valentín, algunas veces, hace pequeñas incursiones en las ciudades y retrata con la mirada inocente de quien vive casi permanentemente en el mundo rural, los viejos monumentos, los más hermosos rincones de ciudades como León. Valentín del Fresno está orgulloso de como reciben los leoneses sus exposiciones. «Creo que estos paisajes de Asturias y León los sienten aquí de la misma manera que los siento yo al pintarlos. Hace veinte años que vengo a exponer a León y siguen recibiéndome con los brazos abiertos. Curiosamente aquí lo que más gusta, lo que más demanda la gente, son las marinas, los paisajes del litoral». Alguien pudiera pensar que la repetición de los temas, que el trabajar día tras día en el campo, pudiera convertir al artista en una especie de funcionario que acude monótonamente a su espacio laboral, pero no es así. «Para pintar el paisaje hay que ponerse ante él, hay que disfrutar del aire libre, hay que sentir los cambios de temperatura, las distintas luces del día, hay que pintar bajo el sol o cobijado bajo un paraguas los días de lluvia... de esta manera es imposible incurrir en la rutina. Siempre estás presenciado un espectáculo asombroso lleno de facetas nuevas. Aunque de vez en cuando también hay que sentarse en el estudio para hacer un bodegón o algún retrato». Sin embargo, añade «yo soy un enamorado de pintar al aire libre y esa es mi vida, si dejara de hacerlo se acabaría el artista». El pintor asturiano consigue trasladarnos con sus acuarelas a bosques umbríos, a viejos pueblos, muchas veces amenazados por el abandono, a las playas y puertos del litoral e, incluso, a seleccionados paisajes urbanos y, confiesa, que son las calles de las ciudades las que más complicaciones le ocasionan. «También me gusta hacerlo, pero es el más complicado, hay que afinar mucho en las perspectivas y las formas. Si al pintar un bosque te confundes y un árbol te sale un poquito mas torcido de lo que está no pasa nada, pero una ventana torcida no tiene sentido, debe de estar en su sitio». Como dice Antonio Merayo en el catálogo de la exposición, «yo les aseguro que en este mundo tan contaminado, en una acuarela de Valentín del Fresno, aún es posible respirar aire puro». Arte Bernesga: El horario, de lunes a viernes, es de 12.00 a 13.30 y de 18.00 a 21.00; los sábados, de 12.00 a 14.00 y de 19.00 a 21.00.