Diario de León
Publicado por
MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ
León

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YA ESTÁ, se acabó la boda y la lluvia aguó la fiesta, y nunca mejor dicho. Ahora bien, con las losas y el asfalto mojados, la imagen televisiva ganó en textura, al aumentar brillos y también al potenciar grises. Hasta los focos de las motos de escolta ayudaban a dar calidez a unos colores que no habría de salir el sol. En fin, que no se consuela quien no quiere. Pero donde estuvo lo llamativo para un profano como servidor, al que cuesta encontrar la salsa a ceremonias de este estilo, fue en los sombreros de las invitadas. Cada señora o señorita presente en la Almudena, llevaba el suyo. Docenas de sombreros de todos los estilos, colores y pelajes. Ya se sabe que mientras que para ellos, basta con un frac y sus variantes, ellas lo tienen más complicado porque buscan la singularidad si no quieren que los aguzados ojos de las/los cronistas de sociedad y el gremio del corazón, hagan astillas del asunto. Por colores no quedó la cosa, y eso en la tele da bien, al límite del kistch más extremado. Pero lo de los sombreros ya fue la leche. Lástima que las cámaras, por aquello del buen rollo y para no convertir la retransmisión en un catálogo de moda, no se hayan detenido con más detalle en el asunto. Eso de la alta costura escapa al común de los mortales. Mostrar como sobre las cabezas de algunas damas posaban una especie de ovnis (aunque no volantes...), restaría protagonismo a la propia boda real.

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