La escritora americana Susan Sontag muere a los 71 años
La escritora y directora de cine estadounidense Susan Sontag murió ayer a la edad de 71 años en un hospital de Nueva York, según informó una portavoz del centro médico.
«Puedo confirmar que Susan Sontag murió esta mañana a las 07.10, hora local», dijo Joanne Nicholas, portavoz del Memorial Sloan Kettering Hospital, quien indicó no poder suministrar por ahora más detalles sobre las circunstancias de su fallecimiento. La escritora había recibido tratamiento contra el cáncer de mama en los años setenta, lo que había inspirado su obra La enfermedad como metáfora , publicada en 1975, y según algunos medios de prensa estadounidenses, padecía leucemia. Sontag, unas de las voces más conocidas y polémicas en Estados Unidos, fue galardonada en 2003, junto con la escritora marroquí Fátima Mernissi, con el premio Príncipe de Asturias de las Letras en España y sus obras fueron traducidas a veintiséis idiomas. La escritora, que publicó su primera novela en 1963 con el título El benefactor , seguida de dos ensayos que fueron muy leídos durante la década de 1960 ( Contra la interpretación y Notes on Camp ), fue periodista de guerra en Vietnam, pero las vivencias durante el conflicto le impidieron seguir escribiendo durante un tiempo. Voz crítica y combativa Su voz era una de las más conocidas en círculos intelectuales en Estados Unidos, donde ganó fama por su prosa provocadora y sus declaraciones polémicas. Se lamentaba ante los medios de que la considerasen una «máquina de opinión», pero era capaz de conversar sobre los temas más diversos, en especial la política. La autora de Bajo el signo de Saturno se ganó una lluvia de críticas en Estados Unidos cuando publicó un ensayo en la revista The New Yorker en el que decía que los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos no habían sido «cobardes» como los calificó el Gobierno del presidente George W. Bush. Cuando recibió en 2001 el premio Jerusalén de Literatura, el más prestigioso de Israel para extranjeros, aceptó el galardón pese a las presiones para que lo rechazara, pero aprovechó la ocasión para condenar la política de ocupación israelí en los territorios palestinos. La autora estaba dotada de una gran formación filosófica y se interesaba por todo lo que se hacía en Europa, al tiempo que se alzó como una de las voces más combativas dentro de su propio país.