Diario de León

El gran mural «El Circo» trae a León la obra más radical de Vela Zanetti

La obra del maestro de Milagros que, hasta ahora estuvo en un pub de Madrid, llegaba ayer a la Casona de Villapérez donde permanecerá al menos durante un periodo de tres años

León

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La Fundación Vela Zanetti recibió ayer el mural El Circo , obra que el maestro de Milagros realizó en el año 1965 y que, desde entonces se encontraba en Tosa, una de las boites más emblemáticas de Madrid. El cuadro -con unas dimensiones de 5.40 x 1.46 y que tuvo que ser introducido en la Casona de Villapérez con una grúa- permanecerá de momento en la Fundación por un periodo de tres años gracias al acuerdo alcanzado entre el propietario y la institución. Se trata de una de las obras más importantes y sin embargo desconocidas por el gran público. Pertenece a una de las etapas más poderosas y experimentales de Vela. Aún con resabios de la época dominicana, el mural representa un momento en el que el maestro llevó la figuración que siempre presidió su obra hasta los límites de la abstracción. Vela realizó El Circo tras su regreso del exilio y en ella reunió alguna de sus mejores cualidades artísticas. El martes se desmontó el mural, que será recibido el próximo jueves de manera oficial en la Fundación. Al acto asistirán la familia propietaria del cuadro, así como varias personas cuyas vidas han estado ligadas al lienzo. Los trabajos de colocación de la obra en la sala que la albergará para su exposición serán realizados por expertos restauradores de León debido a que ha sido envuelto en un papel de gran pureza para evitar cualquier deterioro. Historia Tosca es uno de los imprescindibles de Madrid. Testigo de la historia, esta boite, sitúada en la calle Claudio Coello, atesora piezas artísticas exquisitas y momentos mágicos creados por algunas de las personalidades más conocidas de los años sesenta. En el mes de febrero, Tosca cumplirá cuarenta años y se convertirá en la sala de fiestas más antigua de Madrid. Vela Zanetti conoció a su propietario a través de un amigo común y ambos decidieron unir su amistad a través de un mural que distinguiera para siempre este rincón nocturno. El artista realizó el lienzo en la misma sala. «Acudía por las tardes y rara vez hablaba mientras trabajaba», destaca Luis Albertilla, el alma de Tosca. Además de El Circo, cuenta con varios dibujos del maestro burgalés, así como con piezas de José Toledo y de Torre de Juanes. «Es un milagro maravilloso que nunca le haya pasado nada, a pesar del ambiente en el que ha estado durante todo este tiempo», relata. El propio Luis fue quien se encargó de la única limpieza que ha sufrido el cuadro y que se realizó en 1975. Fue con un estropajo suave y con jabón lagarto. El mimo con el que se llevó a cabo la «restauración» es responsable en gran medida del excelente estado en el que se encuentra el lienzo. Anécdotas El Circo ha sido testigo de cientos de anécdotas que han pasado a formar parte del imaginario del local. Luis Albertilla cuenta por ejemplo cómo Ava Gadner, que acudía siempre con una copa de más, llegaba con un chihuahua. «Yo siempre le repetía que no estaba permitida la entrada de perros, pero ella me apartaba con el brazo y se salía con la suya», explica. Recuerda que la actriz siempre se sentaba en la misma mesa, en un rincón frente al mural de Vela que ella adoraba. «Si por casualidad había alguien en su sitio, la diva permanecía en pie, mirándole atentamente, intimidándole hasta que conseguía que se fuera», relata. Tosca era lugar de encuentro de periodistas -Tico Medina y Emilio Romero, políticos y militares -Milan del Bosch o el conde de Toreno- y de gentes de la prensa couché, como los hijos de Trujillo. «Jaime de Mora también se pasaba por allí. Tenemos un piano Stevenson para las orquestas y él siempre se empeñaba en tocarlo. Le volvía loco», destaca. Incluso miembros de la familia real, como Doña Margarita de Borbón fueron habituales del pub. Tosca ha ido cambiando al ritmo de la sociedad. Aún recuerda Luis la época en la que ninguna mujer se aventuraba a entrar sola en la boite. «El día que se votó la Constitución, una mujer se presentó en la puerta de Tosca para preguntarme qué artículo de la Constitución prohibía entrar mujeres solas en el local», rememora.

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