Diario de León

Director de la revista Tiempo

«Hay mucha más libertad cuando el empresario lo es sólo de la información»

El leonés Jesús Maraña -nombrado esta misma semana director de la revista «Tiempo»- describe la situación mediática española y el papel que deben desempeñar los periodistas

Jesús Maraña, director de la revista «Tiempo» en una de sus visitas a León

Jesús Maraña, director de la revista «Tiempo» en una de sus visitas a León

Publicado por
Cristina Fanjul - león
León

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El periodista leonés Jesús Maraña se ha puesto al frente de la dirección de «Tiempo», la revista del grupo Zeta. En esta entrevista, Maraña explica sus retos para el nuevo semanario y diserta acerca de cómo entiende él la profesión. -¿Qué supone para usted ponerse al timón de la revista «Tiempo «después de tantos años en el grupo? -Supone un reto clarísimo. Por mi personalidad inquieta, siempre he saltado de un medio a otro: Tiempo, El Mundo, Tribuna, Interviú ... Y ahora vuelvo a Tiempo con la voluntad de regresar al periodismo de acción. -¿Qué diferencia encuentra entre un semanal y un periódico diario? -La obligación de un semanal es dar la información con más profundidad que la que se puede permitir un diario que, por razones obvias, ofrece las noticias más escuetas. Pero, además, nunca hay que renunciar a la información propia, porque esa es la mayor satisfacción para un periodista. -Sin embargo, la investigación no parece que sea una prioridad hoy en día... -Es cierto, salvo excepciones muy puntuales, eso es así. Y ocurre porque resulta muy caro contratar profesionales de valía y dejar que inviertan su tiempo es indagar, investigar y descubrir. Las empresas tienden a buscar la productividad fácil, y eso está reñido con la información. Mire, hay una máxima muy clara que define nuestra profesión: el periodista lo es de investigación o no lo es. -A causa de esta rentabilidad, cada día con más frecuencia se ve cómo las empresas prescinden de grandes profesionales y contratan por el mismo precio a dos o tres recién licenciados. -Los periodistas somos la materia prima de este negocio. Se puede limitar el papel y optimizar otra serie de recursos, pero cuando se reduce la plantilla de profesionales se está condenando a la empresa al fracaso. Antes o después se vendrá abajo, porque no dispone del principal capital. -¿Cree que cuando se trabaja en un medio integrado en un grupo empresarial cuya única finalidad es la información se trabaja con más libertad y problemas como el anterior ocurren con menos frecuencia? -Sin ninguna duda. Al menos, así me lo indica mi experiencia personal. Cuando los dueños del negocio son empresarios de la comunicación, por lo general saben perfectamente cómo moverse en este mundo, cuáles son los problemas a los que nos enfrentamos cada día y saben frenar a los poderosos. Digamos que tienen una menta más liberal y abierta. Para ponerle un ejemplo, le hablaré de nuestro presidente (Antonio Asensio). Es un empresario muy joven que tuvo que tomar las riendas del grupo a causa del temprano fallecimiento de su padre, pero ha heredado de éste el conocimiento de la profesión, y eso se nota en las decisiones que toma. -En los últimos años las posiciones políticas se han radicalizado de manera violenta y, de alguna manera, este extremismo se ha contagiado a los medios de comunicación. ¿Qué opina de este tipo de periodismo? -Es cierto que en muchos casos asistimos a una radicalización de la profesión, pero hay que tener claras las verdaderas causas. Según mi punto de vista, la razón hay que buscarla en las batallas mediáticas que hemos venido sufriendo en los últimos años y que, aún hoy, siguen convulsionando el mapa los medios. A causa de los intereses políticos y de las presiones políticas las posiciones se radicalizan. En cualquier caso, yo estoy a favor de la libertad, lo que significa que cuantas más tendencias haya, mejor. El lector debe poder tener acceso a más de una opinión con el fin de que pueda forjar su propio criterio. Ahora bien, hoy en día hay muchos periodistas que se creen su papel de profetas... -Como leonés ¿Cuál es el principal «pero» que le pondría a José Luis Rodríguez Zapatero? -Creo que en su principal virtud está su defecto. Zapatero supo demostrar su capacidad de diálogo y de serenidad en una etapa caracterizada sobre todo por la acidez política, por la tensión social. Ha sido capaz de sosegar el panorama después de un momento tan trágico como el 11 de marzo. Sin embargo, corre el riesgo de que se «le pase el arroz». Hay momentos, como éste, en los que la gente espera más decisión y capacidad de apuesta de sus gobernantes, y el presidente no lo está demostrando. Con ese buen talante -talante a secas no significa nada- está dejando que se le vayan las cosas de las manos. Estamos ante un Gobierno en el que se produce cierta ambigüedad y descoordinación, en el que hay una falta palpable de decisión que hay que resolver. -Pasemos a hablar más de usted. ¿Cómo se conjugan las labores de dirección con la pasión del reportero? -Pues es muy importante no tomarse la dirección como algo ejecutivo. El contacto con la calle debe ser constante. Trato de ser cada día un periodista más de la redacción. El contacto con las fuentes, por ejemplo, permite dirigir con solvencia, y al tiempo te da una visión más clara de la información. Por la cantidad de medios en los que he trabajado, conozco perfiles de muy distinto tipo. Yo no soy un director de despacho. Me gusta sugerir y escuchar. No recuerdo qué periodista americano dijo en cierta ocasión que no hay más categorías que las de reportero, redactor jefe y director. -Y ¿cuál es la que más le atrae? -Siempre he disfrutado mucho como reportero, pero un buen director -que es a lo que estoy -es, ante todo, un buen redactor jefe. ­-¿Tiene tiempo para ojear la prensa provincial? ¿Qué le parecen estos medios? -Me gusta seguirla siempre que puedo. Tengo esa sana costumbre. Además, acudo a León al menos una vez al mes, con lo que estoy al tanto de lo que pasa. Si tuviera que juzgar la prensa provincial diría que se realiza una información muy cercana con medios que, a veces, son muy justos. Además, en algunas ocasiones, se percibe contemporización con los poderes públicos, pero eso también ocurre con los medios de Madrid. Y que conste que yo no creo en la neutralidad, sino en la honestidad de los profesionales.

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