Juan del Enzina representará a León en el Certamen Teatral Escolar con la obra «Dieciséis y medio»
El grupo de teatro del instituto Juan del Enzina ha sido seleccionado para representar a León en la fase autonómica del Certamen de Teatro Escolar, organizado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, que se celebrará en Salamanca en la primera quincena de marzo. Una convocatoria, cuyo único requisito consiste en escenificar un texto de un escritor español o hispanoamericano, que tendrá continuidad con la fase europea final, a la que acudirá un único representante autonómico, que se celebrará en Bratislava (Eslovaquia) del 17 al 23 de abril. La Dirección Provincial de Educación de León fue la encargada de organizar un certamen, que se celebró ayer en el propio salón de actos del citado instituto, al que se presentó asimismo el grupo de teatro del Claudio Sánchez Albornoz, en el que también se integran alumnos de los centros Legio VII, Eras de Renueva y Ordoño II; no pudiendo asistir en el último momento los alumnos del Antonio García Bellido por enfermedad de varios de sus integrantes. Ha sido de nuevo el equipo capitaneado con acierto por Javier Rodríguez de la Varga el que representará a esta provincia con Dieciséis y medio, un texto, de Héctor Alonso Martínez y el propio de la Varga, que muestra en toda su crudeza los problemas que preocupan a los adolescentes que rondan la edad del título. Los conflictos bélicos, en esta ocasión el que sufre el pueblo palestino, el consumo de drogas, los atentados terroristas, la anorexia y el acoso escolar que sufren algunos alumnos por parte de sus compañeros, son los temas tratados en una representación marcada por su arriesgada escenografía. Un conjunto de módulos, que conforman diversos escenarios por los que deambulan sus atribulados protagonistas. Sandra Alonso, Graciela González, Carlos Panero, Noemí González, Gabriel Prieto, Alba González, Luis Rodrigo y Sofía Sanz, son los protagonistas de un ejercicio escénico, en el que prima la experimentación, que ofrece un final de tintes cinematográficos en el que no hay conclusiones ni moralejas. Una bofetada de cruda realidad, estructurada en diversos actos, en la que no cabe la indiferencia. En contraposición, la otra obra presentada, La niña que riega las albahacas, un divertido ejercicio desmitificador escrito por Antonio Almodóvar que provoca carcajadas en el público, apuesta por el lenguaje teatral más clásico. Un solo acto, con un fondo ingenuo y colorista, que dinamita con humor los clásicos cuentos de hadas.