El Cabildo busca «solvencia» en la empresa que restaure las vidrieras

El Cabildo catedralicio se reafirma en que el procedimiento del concurso público es el «más apropiado» para garantizar la «transparencia» en la adjudicación de las obras de restauración de 446 metros cuadrados de vidriera, según aseguró ayer su administrador, Mario González. Precisamente hoy termina el plazo para que las empresas presenten sus solicitudes; hasta ayer ninguna las había presentado, aunque unos veinte representantes de otras tantas firmas (incluida la famosa Casa Mayer, alemana) se habían acercado ya hasta la Catedral para obtener información. El administrador del principal templo leonés reiteró que el fin primordial de este procedimiento es «garantizar la solvencia técnica y económica» de la empresa que finalmente resulte adjudicataria. Un concurso público cuyos pliegos de condiciones descartan al taller que hasta este momento se estaba haciendo cargo de las rehabilitaciones de las vidrieras -y que dirige el artista leonés Luis García Zurdo-, puesto que al citado concurso sólo pueden optar empresas con un muy grande volumen de negocio. A este respecto, desde el Cabildo se ha comentado que, desde el año 1995, los trabajos se han ido adjudicando directamente a diferentes empresas o asociaciones (Concale, Esoca...), con lo que no se puede hablar «de un Taller de Vidrieras como si fuera una empresa concreta, ya que las instalaciones físicas y el material especializado, que se encuentra en el Seminario Mayor, es nuestro, del Cabildo». El taller, para la empresa Mario González aseguró que las citadas instalaciones serán puestas a disposición de la empresa adjudicataria, y que a dicha empresa se le informará de la labor que hasta el momento ha venido realizando el equipo de García Zurdo, «vamos a decirles quiénes son, que han estado trabajando aquí todo este tiempo y que lo han hecho muy bien», repitió, reconociendo la posibilidad de que la empresa que se encargue de las obras de restauración (que incluye no sólo la limpieza de las vidrieras, también la consolidación de los muros del presbiterio, los relieves del pórtico sur y las pinturas del pórtico norte), subcontrate o llegue a algún tipo de acuerdo con las personas que han trabajado durante todo este tiempo en el taller vidriero. «Es normal», dice González, que aún no se hayan presentado solicitudes, ya que «las empresas apuran hasta el último día». El escritor leonés Andrés Trapiello reivindicó ayer en Valladolid el ensayo «corto, entretenido e impresionista», el mismo que él, posiblemente mal aconsejado, lee y escribe como un género más de la literatura, «tan vigente como otros». «Los grandes ensayos son los entretenidos, no los que no se entienden», reflexionó Trapiello poco antes de participar en Valladolid en una mesa redonda organizada por la Cátedra Miguel Delibes de la Universidad de Valladolid y del Graduate Center de Nueva York. Trapiello, que acompañó en el debate al profesor de Literatura en la Universidad de Barcelona Jordi García; al periodista y escritor Juan Cueto; al catedrático de Filología de la Universidad de Salamanca Fernando Rodríguez de la Flor y al psiquiatra Fernando Colina, defendió el ensayo que se «soporta a sí mismo» y que no necesita de otros 25.000 libros para ser entendido. El escritor leonés consideró que el ensayo está plenamente vigente, otra cosa son aquellos que no plantean nada, no tienen una tesis o titubean, aunque esto puede suceder igual con las novelas o los poemas. Con teatro, talleres, concursos de dibujos y disfraces de magos se recibió ayer en toda España, la llegada a las librerías de Harry Potter y el misterio del príncipe , la sexta entrega de las aventuras del estudiante de magia más famoso del mundo, y el que ha conseguido que millones de niños lean. La editorial Salamandra, que publica el famoso libro de J.K. Rowling, consiguió mantener la incertidumbre, incluso en lo que se refiere a la portada, hasta las seis y media de la tarde, hora en la que los magos vendedores realizaron su operación de márketing y destaparon el vellocino de oro, es decir, el libro que leerán millones de niños de habla hispana. En la portada de la nueva entrega aparece Harry Potter, ya no tan niño, con el anciano profesor Dumbledore, ambos con la varita en la mano y con gafas, a bordo de una barcaza en medio de un resplandor. El representante del Cabildo ha asegurado que «lo que algunos llaman Taller de Restauración de Vidrieras es sólo un espacio físico que está en el Seminario Mayor, con todo su equipamiento, y ese taller es propiedad del Cabildo». Mario González, el administrador de la Catedral, recordó cómo, en un primer momento (a partir de 1995), la restauración de los vitrales se hizo a través de la sociedad Concale, de la que era principal patrono el Cabildo, una experiencia no del todo satisfactoria, según indicó. Después, los trabajos se adjudicaban «directamente» a la empresa Esoca, que restauró 360 metros cuadros de vidriera. Gracias a diversas subvenciones y aportaciones, después se realizó otro convenio «con la empresa de María Ángeles Robles», que restauró unos cien metros cuadrados. «Nunca ha sido la misma empresa», explicó González. Agustín Suárez, presidente de la asociación Promonumenta y una de las personas que con más energía han denunciado el estado de la Catedral leonesa y la mezquindad de la Junta a la hora de destinar fondos para paliar los distintos problemas de la seo, ha asegurado que lo importante no es «quién, sino cómo se va a hacer ese trabajo». «¿Cómo se van a sustituir los vidrios?», «¿Con otros de la misma, o distinta composición?», «¿Se van a estudiar uno por uno?», «¿Los van a llevar fuera de León para restaurarlos?», «¿Por qué aún no hay en León un horno vítreo en el que fabricarlos?», se preguntó Suárez, añadiendo su extrañeza ante el hecho de que la Universidad no se vuelque con el tema. «Tanto el PP como el PSOE prometieron para León un Centro Nacional de Restauración de Vidrieras. ¿Dónde está ese Centro?». «Lo que falta es visión de futuro», aseguró.