«Estoy hecha para la tele»

El gracejo de Anabel Alonso (Baracaldo, 1964) vuelve a aderezar la pantalla de televisión por partida doble en Antena 3. El sábado estrenó en horario estelar Pelopicopata, un espacio familiar sobre animales, y ayer se puso al frente de Tal para cual, un concurso de parejas que parte de la idea original de Su media naranja , el programa que presentó a mediados de los noventa el malogrado Jesús Puente. Entre grabaciones, peluquería, probadores y maquillaje Alonso saca a relucir su afable carácter como contrapunto al lógico estrés que vive en momentos de estrenos. Será que, como reconoce, está hecha para la televisión. -De verla un día a la semana en «7 vidas» a hacerlo casi siete a la semana. Menudo cambio, ¿no? -Bueno, en el fondo voy a salir en la tele cinco días y medio, porque Pelopicopata apenas dura media hora los sábados y Tal para cual 40 minutos de lunes a viernes... A pesar de todo, espero que los telespectadores no se cansen de mi cara. -¿Se siente a gusto con un formato de testimonios con gente joven y variopinta? -Más que de testimonios yo diría que Tal para cual es un programa de parejas a la antigua usanza, en el que las preguntas prueban el grado de conocimiento que tienen los novios entre sí. Con dinerillo de por medio, claro está. -Uy, qué peligro, ¿no se expone a que algunas parejas se reafirmen y otras se resquebrajen definitivamente? -¡No, por dios!, no pretendo que en 40 minutos se rompan 20 años de matrimonio. Eso espero. -¿Cuánto se parece «Tal para cual» a «Su media naranja»? -Salvo algunas pinceladas novedosas por la diferencia de tiempo entre uno y otro concurso, el formato es el mismo. ¡Para qué cambiar cuando funcionó tan bien! -¿Lo veía? -Tengo pequeños recuerdos, como a Jesús Puente sentado en aquel taburete enorme de metal y sus reiteradas carcajadas cuando una pareja no daba una a derechas con las preguntas más sencillas. -Le dará un toque personal. -Espero que me dejen. -¿Y de dónde viene su afición por los animales? -Tengo un perro desde hace catorce años con el cual mantengo una relación muy profunda de amor, porque me aguanta, que ya es mucho decir. -Pues ahora que anda tan ajetreada me imagino que lo echará de menos... -Lo tengo bien domesticado a mis nuevos horarios. Se levanta conmigo a las siete de la mañana y ya sabe que hasta las tantas no llego a casa. -¿Cree que la televisión está hecha para presentadoras como usted o Anabel Alonso ha nacido para hacer tele? -¡Qué complicado!. Me dejas anonadada. Lo cierto es que llevo muchos años en la tele y si me siguen llamando es porque les gusta mi estilo saleroso y ágil. Y como es así, entonces doy por hecho que Anabel Alonso está hecha para la televisión. -Después de «Siete vidas», borrón y cuenta nueva. -Sí, me dio mucha pena abandonar la serie y a Diana, pero ya me he hecho a la idea. Además, en 7 vidas a lo mejor rodábamos 13 capítulos y estábamos varios meses parados, tiempo suficiente para dejar el personaje apartado. -Me imagino que los dos estrenos televisivos le harán estar pendiente de la «tiranía de las audiencias». -¡Claro que las miraré de reojo! Las veo como un examen en el que si vas bien preparado seguro que te sale bien, aunque no te puedes confiar, no vaya a ser... -Y el agua del Cantábrico, de su Baracaldo natal, ¿se moja mucho por allí? -Lo que puedo y el trabajo me deja. Ahora, además, con aires renovados. La cuadrilla me tiene bien informada. -¿Sigue la actualidad? -Suelo ver un informativo al día, que está bien.