Mujeres residentes en una barriada, cercanas y con problemas reales Pasarela Cincuenta personajes a cargo de Latre Joven secuestrada previamente Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi sif

?ace meses se hablaba de Mujeres como una serie destinada a emitirse en La Primera, pero finalmente va en La 2, en el muy competitivo prime time de los lunes. Humor y compromiso con la realidad son dos de las señas de identidad de esta nueva serie, con personajes cercanos y problemas reales, residentes en un barrio de Madrid. Se centra en tres generaciones de mujeres con sus problemas, sus alegrías, sus frustraciones y sus sueños. Junto a sus realizadores, Dunia Ayaso y Félix Sabroso, con experiencia previa cinematográfica, el guión es obra de un equipo. La serie cuenta con actores poco tocados por la popularidad, de acuerdo con la pretensión de realismo y verdad que buscan sus autores. Encabeza el reparto Chiqui Fernández, como Irene, que enviudó hace un año y que ahora debe compaginar su trabajo con el negocio familiar (una panadería-cafetería de barrio) y el cuidado de su madre Palmira (Teresa Lozano), que comienza a padecer demencia senil. Tiene también dos hijas, una adolescente y otra separada, y otras cargas a mayores. En fin, que su vida y las de sus vecinas, no está para tirar cohetes. Junto a ellas, en el reparto de Mujeres están Carmen Ruiz, Inma Cuevas, Bart Santana, Gracia Olayo, Marilín Torres y Antonio Gil, entre otros. No es frecuente que Sábado dolce vita , la nueva fórmula rosa de Telecinco, presente al público una materia sobre la que valga la pena discutir. Esta semana, albricias, lo hizo. Cierto que nos trajo el asunto envuelto en un coito subacuático de la señorita Cicarelli y en la enésima depredación sobre los despojos del «caso Ostos», pero prescindamos por el momento de estas bajezas y quedémonos con lo mollar: la «polémica Cibeles». Nadie ignora, porque estas cosas siempre tienen gran relevancia, que la Pasarela Cibeles ha decidido exigir a las modelos una masa corporal mínima para desfilar. El objetivo de la medida es detener la abusiva identificación entre delgadez extrema y belleza, que tantos estragos viene causando entre las adolescentes (anorexias, bulimias, etc.) y cuyo origen está, precisamente, en el mundo de la moda. De momento, el nuevo requisito ya ha provocado la salida de cinco chicas que iban a desfilar en Cibeles y que, literalmente, no han dado la talla. Como era previsible, en torno a esta cuestión ha surgido una fuerte polémica: por un lado, se elogia que alguien haya osado por fin frenar la evolución cadaverizante de las pasarelas; por otro, se reprueba que las instituciones -porque esto ha sido cosa de la Comunidad de Madrid, más precisamente de Esperanza Aguirre- coarten la creatividad de los diseñadores. Los muchachos de Dolce vita nos ofrecieron una rápida puesta al día y nos mostraron imágenes de dirección ambivalente: así, junto a las lágrimas de las modelos rechazadas -qué dolor, qué dolor, qué pena- y las reticencias consternadas de los modistos, pudimos constatar el aplauso de expertos en nutrición, gentes del común y hasta del certamen de moda de Milán, que ya se plantea seguir el mismo camino. El debate de los comunicadores de Dolce vita no fue menos ambivalente: es verdad que tuvimos una clara y completa exposición de las opiniones sobre el asunto y las razones que mueven a cada cual, pero, de paso, no se privaron de desollar a la responsable de Cibeles, Cuca Solana -reiteradamente llamada «Solano» con manifiesta mala leche- y sembrar de sal las desguarnecidas carnes de la dama. En cuanto al espectador, una vez se hubo abierto paso entre tanta hojarasca inoportuna, llegaba a una conclusión inequívoca: después de tantos años denunciando el esqueletismo estético de las pasarelas, después de que todo el mundo -literalmente- haya apuntado al mundo de la moda como responsable de la plaga de anorexia entre las jóvenes de los países desarrollados, una medida como la de la Pasarela Cibeles tiene que ser forzosamente aplaudida. Dolce vita perdió la oportunidad de entrar a fondo en el caso, pero, al menos, lo mostró. Un esfuerzo más, compañeros. Humor en Cuatro antes de dar paso a Maracaná 06 . Latre y su primo (Marc Martínez), tienen un piso en el Eixample barcelonés. Como andan a dos velas, alquilan una habitación a la muy atractiva Carmen (Claudia Bassols) y así sacarse unos euros. La llegada de la joven trastoca la vida de todos los protagonistas, que se verán implicados en un montón de divertidas historias. El episodio se titula Presa y en ella Horatio y su gente deben investigar la desaparición de una joven después de una noche loca. Encuentran el coche alquilado por ella abandonado y en él una cámara con las imágenes que ella enviaba a sus padres. También encuentran una mancha de vodka con alcohol de rosas. No hay duda, los de CSI Miami, darán con la clave. Texto Texto Texto Texto TEXTO