Diario de León

El texto le hizo merecedor del Premio de la Fundación Jorge Guillén

«El jazz es como la poesía: vital, liberador y sin partituras fijas»

Luis Artigue, escritor y columnista del Diario de León, publica «Tres, dos, uno... jazz»

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E. Gancedo - león
León

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Ya está en las librerías Uno, dos, tres... jazz , la obra con la que Luis Artigue, poeta, novelista y columnista del Diario, ganó el año pasado el premio de poesía de la Fundación Jorge Guillén para jóvenes creadores. De entre 617 originales, el jurado eligió unos versos que nacieron cuando una forzada estancia en el hospital obligó a su autor a buscar refugio en el jazz, ahondando luego en sus raíces históricas y en sus efectos sobre el espíritu humano. La «pureza pecaminosa del jazz», como califica Artigue a ese sonido libérrimo y liberador, le cautivó y le abrió el camino para unos poemas llenos de ritmo y de sugerencias visuales. «Descubrí que hay gente que se libera y se reconstruye gracias al poder de la música -confirma-. En concreto, el jazz es en sí mismo lucha, fuerza, vigor, es como la vida misma», desvela el autor de otras laureadas obras como la reciente Las perlas del loco Ventura . Y sigue reflexionando en torno a los sones jazzísticos: «Escuchándolos, te das cuenta de que sólo disponemos del presente y de que la vida es cuestión de ritmo». Conexiones musicales Pero, ¿qué tienen en común la poesía y el jazz? Luis Artigue lo tiene claro: «La poesía es el último ámbito de libertad que nos queda; el jazz es vital, liberador y sin partituras dogmáticas, como aquélla». «El jazz es lo espontáneo, lo improvisado, lo súbito, lo emocional... es como la poesía en cuanto que ésta no es en realidad un proyecto literario; es un proyecto vital», dice. Y es que un buen libro de poesía lo es, sobre todo, cuando su contenido «se puede identificar con algo sincero. En general, puede decirse que la piedra de toque de la novela está en la imaginación; la del ensayo, en la investigación; la del artículo, en la actualidad e inmediatez... pero la poesía tiene que ser verdad para funcionar», opina el autor. Un valor, el de la verdad, que a juicio de Artigue «hoy está en declive, los políticos nos muestran que todo es argumentable y pasajero; por eso digo que hoy, la verdad, la ideología del mundo, reside en la poesía», Regresando a su obra Tres, dos, uno... jazz , asegura el autor de la columna del sábado El aullido que, en esencia, las raíces históricas del jazz -que también aparecen en el volumen-, el blues y el ragtime , se nutren de la alegría y de la tristeza: el blues es el canto del origen, de la tierra, de la gente que extrae verdad y belleza del dolor; el ragtime es la alegría de vivir, la música que sintoniza el cuerpo con el alma». Pero las conexiones curiosas no acaban ahí: en el libro de Artigue -como en tantos otros suyos- los personajes leoneses tienen su hueco: «El jazz es universal, como el sufrimiento humano, pero construido desde un lugar concreto; como yo, que he escrito esta obra desde mi ciudad y mi gente. León es una ciudad en la que el tiempo está como detenido y por tanto es muy proclive a la imaginación y a la conversación. La gente habla mostrándome sus heridas; pues bien, eso es el jazz; y no es un acto impúdico, sino liberador». «El jazz es una forma de mirar el cielo -sentencia Artigue-. Y nosotros los leoneses, con la Catedral gótica que tenemos, sabemos bastante de eso». «Escuchando jazz te das cuenta de que sólo disponemos del presente y de que la vida es ritmo» LUIS ARTIGUE Escritor

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