Diario de León

El proyecto permitirá avanzar en las técnicas militares y revelar el entramado viario de las legiones

Una investigación aérea desvelará los fuertes romanos de la conquista

Ángel Morillo ha detectado ya varios campamentos en las riberas del Torío y el Bernesga

Imagen de una de las prospecciones aéreas realizada en la ribera del Torío

Imagen de una de las prospecciones aéreas realizada en la ribera del Torío

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Cristina Fanjul - león
León

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Este mes comienza una investigación cuyo objetivo es descubrir los campamentos romanos de las guerras cántabras -en la zona que comprende León, Palencia, Asturias y Cantabria-. Uno de los integrantes de este proyecto científico - La guerre et ses traces - es Ángel Morillo, que trabaja en esta iniciativa en coordinación con la Universidad de Burdeos. Durante el mes de agosto se llevarán a cabo varios sondeos aéreos para descubrir las huellas de la conquista romana en la antigua Asturia (Asturias y León). Si bien Ángel Morillo tiene localizados numerosos campamentos y fuertes inéditos en León (en las riberas de los ríos Bernesga y Torío), la investigación permitirá revelar algunos más, principalmente en los caminos naturales de ascenso a la cordillera. Estos campamentos de conquista se remontan principalmente a la campaña que se desarrolló durante el año 25 antes de Cristo, aunque no se descarta la presencia de recintos militares posteriores a la conquista. El propio Augusto asistió a la primera fase de esta guerra, que terminó con el sometimiento de los cántabros en el año 26 a.C, uno antes de acometer la conquista de los astures. Técnicas militares Las prospecciones aéreas también permitirán avanzar en las investigaciones acerca de las técnicas de las campañas militares y los caminos seguidos por las legiones en la ocupación del territorio. Ángel Morillo, profesor titular de la Universidad Complutense, destaca que las legiones subían a través de los valles fluviales de León y Palencia avanzando hacia el interior de la cordillera y conquistando las tribus de la vertiente septentrional y las que habitaban la franja litoral. El arqueólogo subraya que fueron al menos siete las legiones (entre 35.000 y 40.000 hombres) que participaron en las campañas cántabra y astur -que se prolongó entre ocho y diez años- y destaca que la Legio VI Victrix y la X Gemina estuvieron presentes en la contienda. La cantidad de hombres implicados en estas guerras da una idea de la gran capacidad no sólo militar, sino comercial, económica y de ingeniería imperial. La maquinaria de guerra romana era sobresaliente. Estos 40.000 legionarios requerían una infraestructura potentísima. Los bastimentos, considerados a grandes rasgos, eran: impedimenta varia, madera para empalizada y estacas, cordelería, tiendas de campaña, herrería, talabartería, herramientas y materiales de construcción (ingenieros), material médico y máquinas de guerra. Los campamentos de campaña funcionaban únicamente en verano. La conquista se acometía en los momentos en los que los pasos de las montañas estaban abiertos, libres de nieve, y dependían de los avatares de las conquistas, de los pactos y asedios. Ahora se sabe que las tropas nunca iban por el fondo de los valles, sino por las zonas altas, batiendo a los enemigos sin dejar ninguno a la espalda (política de tierra quemada). Conforme el ejército avanzaba, establecía nuevos campamentos, donde estar protegidos una o varias noches. De momento, se desconoce dónde estaban los campamentos base de la meseta en este periodo, si bien no debieron estar muy lejos. Tal vez algún asentamiento en las cercanías de León y Astorga cumplieron esta función. Por otro lado, las vías naturales empleadas por el ejército para la conquista fueron la base de las posteriores calzadas romanas. Este es uno de los objetivos: desvelar el entramado viario.

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