Pintura amarilla

HOY SÁBADO, la cadena estadounidense Fox (la de allí, que la de aquí es otra cosa) estrena la vigésima temporada de Los Simpson , con lo que se acerca al récord de Gunsmoke , la serie de Matt Dillon (del sheriff Matt Dillon, no del actor, que vino después). Gusmoke , palabras mayores, duró desde 1955 a 1975. Los Simpson lleva sólo desde 1989. Como dice su creador, Matt Groening, quitando importancia al tiempo transcurrido, en la serie de referencia de dibujos animados lo único que han hecho (que no hayan hecho los demás) es utilizar más pintura amarilla. Ésa es su marca más importante. También ha dicho que cada premio Emmy que les dan (y llevan diez de los grandes) alarga la vida de la familia de Springfield dos años más. Y, lo más importante, que el mayor reto con el que se enfrentan a la hora de escribir los guiones es evitar repetirse (aunque tengan que hacer todos los años capítulos de Navidad o de Halloween). Veinte es una cifra importante, pero diez tampoco está mal. Sobre todo si son las temporadas de Gran Hermano . En el inmarcesible reality de Telecinco se usa mucha menos pintura amarilla (aunque ya se sabe que hay quien el amarillo lo lleva por dentro), pero sus responsables tienen en común con los de Los Simpsons la obsesión por evitar repetirse. Cada año es un más retorcido todavía. El vestuario de Mercedes Milá incluido en el lote. La teoría gatopardiana aplicada a la vida en directo (me encantan los tópicos) de una banda de bípedos cada vez más pintoresca. Todd Browning, Diane Arbus y Lampedusa juntos. Los dos primeros se habrían puesto las botas. El escritor habría echado la pota (si puedo utilizar semejante expresión, sólo porque rima, para alguien tan fino). Gran Hermano no es un experimento sociológico (me siguen gustando los tópicos), es un programa de televisión que está muy vivo. Tanto como Los Simpson aunque no sean comparables. En cualquier caso, la galería de sospechosos habituales de GH sigue siendo fascinante. Un matrimonio que no parece tener mucho en común y que finge que no se conoce (es que parece que no se conoce). Y, sí, la enana (como en Boston Legal , sólo que en lugar de abogada es cajera) es el personaje más normal de toda la casa. Eso si se puede hablar de normalidad en Gran Hermano .