Los petroglifos serán señalizados y se conservarán en su lugar natural

Aunque a día de hoy no se ha percibido movimiento alguno al pie del monte Teleno, zona en la que fueron hallados los dos primeros petroglifos, la Junta de Castilla y León, por boca de su director general de Patrimonio, Enrique Sáiz, ha asegurado que comenzarán ahora a señalizarlos y a protegerlos para que puedan ser visitados «in situ». No obstante, Sáiz se refirió a los dos petroglifos citados y no a todo el conjunto de inscripciones, oquedades y dibujos prehistóricos tallados en la piedra y que últimamente han venido apareciendo en gran número en la comarca maragata. De hecho, quien ha sido el descubridor de muchas de estas piezas arqueológicas por su gran conocimiento del terreno, el astorgano Juan Carlos Campos, acaba de anunciar un nuevo hallazgo que pone a disposición de los científicos «para que lo estudien y estimen su antigüedad». Los hallazgos de los que ha hablado la Junta, consistentes en laberintos, cruces, símbolos variados y vaciados de rocas ( cazoletas ), serán sometidos a un estudio que comenzará de forma inminente la Universidad de León y serán señalizados antes de que finalice el 2008. El objetivo es que una vez que concluya el estudio, fruto de un convenio entre la Universidad y la Junta, se sometan «estos restos a un proceso de seguimiento y estudio permanente», explicó ayer el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Sáiz. Primera Edad del Bronce En principio, todo apunta a que se trata de unos «grabados figurativos del Calcolítico, es decir, de los inicios de la Edad del Bronce», que en España «son escasos, aunque sí son abundantes en la región gallega. En nuestra autonomía, hasta ahora, únicamente se habían hallado en la provincia de Salamanca», observó Sáiz. Su antigüedad estimada es de unos 5.000 años. Antes de que concluya el estudio, que tardará aproximadamente un año, la Junta iniciará unas «actuaciones mínimas de señalización en el yacimiento y protección de los accesos», explicó el director general. Serán, por tanto, las primeras actuaciones que se efectuarán sobre estos hallazgos a raíz de que, el pasado mes de febrero, la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta en la capital leonesa tuviera conocimiento oficial de su existencia. A más largo plazo, una vez que concluya el estudio, se hará un plan de protección de los restos «acorde a su naturaleza». Aunque «lo fácil» para la administración autonómica «sería excavar todos estos hallazgos, separarlos de su soporte y llevarlos al Museo de León», lo que se pretende hacer es dejarlos «donde han aparecido y donde se encuentran de modo natural». Según Enrique Sáiz, los retos «son de difícil custodia, ya que están diseminados y no tendría sentido hacer grandes naves para su cerramiento». Para el director general de Patrimonio, es muy necesario ahora «ser cautos y prudentes» a la hora de señalizar estos restos, porque puede constituir, como dijo, un «arma de doble filo», ya que «mientras por una parte permite difundir la existencia de los restos, por otra puede hace más fácil el vandalismo». Además de laberintos y cazoletas, en la zona han aparecido representaciones antropomórficas.