Diario de León

| Entrevista | Pedro Víctor Fernández |PROFESOR DE HISTORIA Y ESCRITOR

«Reparar la herencia del franquismo costará muchos años, incluso siglos»

Este investigador y escritor radiografía con «La Transición en León (1973-1982)» unos años en los que esta tierra fue sólo «una mera receptora de órdenes di

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E. Gancedo
León

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La transición y el proceso autonómico constituyeron, para León, el momento más decisivo de su historia reciente: acontecimientos y decisiones que marcaron todo el devenir posterior de esta tierra. El libro de investigación

, del profesor de Historia Pedro Víctor Fernández, aborda con profusión de datos aquella época clave.

-”Analiza unos años que se pueden calificar de encrucijada para León: podía haber pasado tanto una cosa como la contraria. ¿Cree que la unión al proyecto de Castilla y León fue inexcusable, o perfectamente podía haber existido una comunidad autónoma leonesa?

-”En el modelo de Transición, nadie, ni el Rey, ni Suárez, ni ninguno de sus ministros, tenía claro cuál sería el resultado final del camino emprendido. Había referentes externos, pero no concreciones exactas de cómo acabaría un proceso nuevo, pues en él intervienen muchas variables, especialmente las reformas «desde arriba» y las presiones «desde «abajo». En el caso del proceso autonómico, los partidos fueron tomando sus decisiones, pero quien gobernaba era UCD, que tomó la decisión final. Concretamente, en León se barajaron muchas posibilidades: León solo, León con Castilla, León con Zamora y Salamanca, León con Asturias. Finalmente -”decisión política para encajar el puzzle-” se decide que León vaya unida a Castilla la Vieja. Las declaraciones del comité ejecutivo provincial de UCD fueron claras: «Con el corazón en la mano hubiésemos preferido votar por León sólo, pero han primado las razones de Estado».

-”Se ha hablado mucho de la conflictividad social que vivió León en aquellos años: tractoradas, huelgas mineras... Hay quien dice que esos problemas fueron mayores que en otras zonas más habitadas y pujantes del país; ¿fue así?

-”Es que la Transición política se hace en un marco económico de profunda crisis, por tanto de huelgas, descontentos, despidos, etc. Hay sectores -”minería-” con crisis estructurales, un rosario de conflictos inacabados. El marco legal franquista prohibía la huelga, por eso hay una explosión del malestar en los años siguientes. Aun así, el caso de las

campesinas en León llama la atención: se trata de un sector social siempre sumiso y obediente al franquismo, que siente el dardo del desprecio oficial de las instituciones franquistas, ya obsoletas, y acaba fraguando un sindicato campesino (UCL), de los más importantes de la meseta. Supone una seña de identidad de esta provincia y una reacción del campo leonés que no tiene precedentes.

-”¿Decisión de una persona, o voluntad popular? ¿Acto de fuerza sin respeto a lo que sentía el pueblo o decisión dictada por el sentido común? ¿Cómo calificaría el desenlace del proceso autonómico en León? ¿Tan importante fue la voluntad, única, de Rodolfo Martín Villa?

-”Martín Villa se convirtió en la correa de transmisión que unía la voluntad del gobierno de Madrid con su provincia natal. UCD, al plantear el «café para todos», tiene difícil encajar las piezas en el mapa. Martín Villa y la UCD, después de ver que algunas provincias van tomando sus posiciones (Asturias, Santander-¦), opta por una región que quede vertebrada en torno a la meseta, en torno a la cuenca hidrográfica del Duero: eso es Castilla y León. La voluntad popular (escasa en aquellos momentos) no cuenta. Las opciones que más gustaban en León eran las de León sólo o el Viejo Reino de las tres provincias. Disgustaban especialmente León con Galicia y León con Castilla.

-”¿Cómo era la sociedad leonesa de aquellos años? Se la ha calificado de desideologizada, de apática, de poco comprometida... ¿Sufrió una evolución hacia posturas más reivindicativas?

-”León era una sociedad desarticulada, sin proyectos colectivos, sin grupos económicos rectores, sin niveles de cohesión social. No había tejido industrial, la emigración rural había sido masiva, la minería del carbón y del hierro estaba en pleno conflicto y habíamos sido marginados de los Planes de Desarrollo. Esa es la herencia del franquismo: paz social, quietud, a cambio de una gran sangría económica y una desvertebración a todos los niveles. Reparar eso cuesta muchos años; a veces, siglos. León seguía siendo una provincia de campesinos, de ganaderos y de mineros. Crear una cultura reivindicativa global es difícil en esos parámetros, por eso los dictados de Madrid fueron obedecidos con resignación.

-”Hagamos historia-ficción... La población, la economía, de León, ¿cómo hubiera evolucionado de ser, hoy, comunidad autónoma? ¿O la deriva económica que sufríamos sería imparable y fue lo que hizo inviable la comunidad?

-”La Transición trajo en esta provincia la consolidación de un modelo económico estancado. En 1977 desaparecen 408 empresas de la provincia y se crea un 22 % de trabajo menos que en el año anterior. La población decae. Perdemos puestos en el listado de renta per cápita. El cambio político silenció la cruda realidad económica. Aunque existieron algunos espejismos de modernidad (universidad, institutos de secundaria, teléfonos, alumbrados eléctricos, etc.), lo cierto es que León duerme el sueño secular. Nada llama la atención en estos años. Los problemas se dejan sentir, pero apenas se participa en sus soluciones. Y, mientras tanto, el ahorro personal y familiar llena las cartillas de ahorros con muchos ceros: los leoneses tenía ahorrados, en el año 1978, 80.000 millones de pesetas, signo evidente de una mentalidad de poco riesgo. Esa fobia al riesgo no hubiera cambiado por tener un modelo autonómico diferente. En ese sentido se hipoteca el futuro, pasando a ser una provincia de la periferia, un cruce de caminos, una entidad rural despoblada y una economía subsidiada en muchos aspectos.

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