Abrazando la escultura

Poemas, formas, sombras, luz. Todos están en Resumen de anatomía , libro publicado por Eje Ediciones que logra despertar múltiples sensaciones en la mente de quienes lo leen o lo admiran. La razón está en que no es sólo un libro de versos, ni uno de fotografía. Tampoco es un catálogo de esculturas. Es una obra que reúne las tres artes y en la cual las tres conviven de manera amena y sugestiva.

Jesús Díez, el autor de los textos, recuerda que el punto de partida del libro estuvo en la visita que realizó al taller de Lorenzana en el que el escultor Amancio González da forma y alma a sus enigmáticas y muy humanas criaturas.

En aquella ocasión, cuenta Díez que, metafóricamente, «fui abrazándome a sus esculturas, una a una». De esos encuentros surgen unas obras, unos textos «que no se apoyan necesariamente en las esculturas, podría hablarse de dos creaciones paralelas». Dos, o mejor dicho tres, porque las figuras de Amancio aparecen vistas a través de la cámara de José Ramón Vega. Una óptica que ofrece inéditas perspectivas de los siempre sugerentes golems del escultor nacido en Villahibiera.

Jesús Díez, autor de obras de narrativa como El niño del tren hullero y de poesía como Clepsidra de otoño o Velamen de poniente , ha destacado de las creaciones de Amancio que, «a través de esas anatomías tan reconocibles, tan suyas, va dejando ver, va sugiriendo o perfilando las facetas más profundas e insondables del hombre, sus miedos, sus esperanzas y sus trabajos, sus demonios y sus abismos». Unas esculturas que son, para este escritor, «como la punta de un iceberg, hay mucho más debajo de ellas». Díez forma parte de la delegación de autores leoneses que estos días ha sido invitada por la feria del libro de Braganza, ciudad portuguesa hermanada con León, «devolviendo» la vista lusa.