Diario de León

El emperador Alfonso VII regresa el domingo para ceñir su corona

La plaza de la Catedral acogerá por segundo año consecutivo la recreación de la coronación del hijo de la reina Urraca, el único emperador de la historia de España

Imagen de la recreación realizada el año pasado en la plaza de la Catedral.

Imagen de la recreación realizada el año pasado en la plaza de la Catedral.

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El domingo y por segundo año consecutivo, la plaza de la Catedral servirá de escenario para la recreación de la ceremonia de coronación del rey Alfonso VII. Este fue el lugar en el que el hijo de Urraca se convirtió en emperador, un 26 de mayo de 1135. De nuevo, los pies de la Pulchra se llenarán de pendones, ccolgaduras y estandartes para acoger una regia ceremonia en la que tomarán parte cerca de 200 figurantes. Hijo de la enérgica doña Urraca y de Raimundo de Borgoña, Alfonso VII fue coronado rey de León en el año 1126, teniendo que sofocar primero el levantamiento de algunos nobles. Casado en dos ocasiones, con doña Berenguela y doña Rica -”una princesa polaca-”, Alfonso VII fue un rey batallador, que peleó incansable contra los almohades. De hecho, el emperador leonés falleció en la localidad andaluza de Fesneda, en una escaramuza contra los árabes.

El Ayuntamiento, como ya ocurrió el año pasado, colocará en la plaza gradas para que el público pueda contemplar toda la ceremonia sin perder detalle. En la anterior edición, el acto tuvo una inversión de 38.000 euros y en la activididad colaboró el Gobierno a través de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), que concedió una subvención de 120.000 euros a León Real 2010 para esta emblemática conmemoración.

En la anterior edición, la fiesta comenzó a las ocho y media de la noche, hora en la que redoblaron los tambores. Llegó el rey a caballo junto a su bella esposa, doña Berenguela. El soberano, de noble porte y barba cana, subió al estrado ataviado con una sobria cota de mallas e hincó la rodilla en tierra ante el obispo para recibir los atributos reales -”el manto, el cetro y la corona-”. Tras el juramento del rey y para distracción de nobles y plebeyos, llegó el momento del torneo en el que destacó la habilidad de los jinetes para disputar las justas sobre el difícil pavimento de la plaza de Regla. El domingo, se volverán a enfrentar...

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