Diario de León

Noche de gloria para León

La fortaleza defensiva y el trabajo de equipo sellan el triunfo de los de De Grado en una pista en la que su propietario, el Melilla, estaba invicto. Quezada, Durley y Múgica lideran la proeza ante uno de los ‘gallos’.

Julio González intenta una canasta a aro pasado ante la defensa del pívot nigeriano del Melilla, Odiakosa.

Julio González intenta una canasta a aro pasado ante la defensa del pívot nigeriano del Melilla, Odiakosa.

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Alberto Orozco | Melilla
León

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Baloncesto León se apuntó el triunfo en un escenario en el que en lo que va de temporada nadie había ‘mojado’, el Javier Imbroda de Melilla (78-83). Tuvo que sufrir el conjunto de Javier de Grado para romper la condición de invicto de los norteafricanos a pesar de dominar la contienda de principio a fin y llegar a ir por delante en el marcador hasta por 18 puntos.

Intensos, concentrados, cargando bien el rebote ofensivo y certeros en el lanzamiento. León rubricó un gran arranque en el Javier Imbroda a base de presión y rapidez, sumando un parcial inicial de 2-11 con cinco puntos consecutivos del dominicano Manny Quezada. Con Mario Díez al mando de las operaciones por las ausencias de Calvo y Bernabé, el cuadro rojillo obligó al técnico local Gonzalo García a solicitar un tempranero tiempo muerto. El minuto técnico no sirvió a los locales reducir diferencias, puesto que los diez puntos de ventaja se mantuvieron, pero sí que valió para secar la producción ofensiva de los rojilos (6-16). Melilla Baloncesto estaba ahora más contundente en defensa, con Suka-Umu cortocircuitando al base Mario Díez. Sin embargo, el cuadro de la Ciudad Autónoma se obcecaba con los lanzamientos de 6,75. El primer triple de los locales no llegaba hasta el séptimo intento cuando Romero colocaba el 13-18. Dos tiros libres del griposo Julio González y una canasta de Durley permitían a los leoneses marcharse al primer parón entre tiempos con una ventaja de nueve puntos (13-22).

Parcial de 5-0 para los norteafricanos en los albores del segundo periodo, con Odiakosa forzando un 2+1, que no convertía, y un triple de Devries (18-22). Lejos de echarse a temblar, León reaccionó de la mejor manera posible. Con Mario Díez sentando cátedra en la dirección, Durley ofreciendo su mejor versión y un lanzamiento exterior de Rocchia, los de Javi de Grado encadenaban un parcial de 0-9 para establecer una nueva máxima (18-31). Surtió efecto la pizarra de Gonzalo García, más por deméritos de León que por propios méritos, colocándose Melilla a seis puntos (29-35) aprovechándose de dos pérdidas inocentes de balón de los rojillos. El tímido acercamiento de su oponente obligó a De Grado a detener el partido. El parón del míster permitió a León sellar un parcial de 0-11que establecía una nueva máxima de diecisiete puntos (29-46). La holgada renta leonesa se mantendría al final del primer tiempo tras un intercambio de canastas (31-48).

Como no podía ser de otra forma, el Melilla salió con empuje de vestuarios, tratando de disminuir las diferencias por la vía rápida. León, sabedor de su privilegiada posición, se limitó a saber gestionar bien su ventaja, a base de posesiones largas, buscando siempre la buena selección de lanzamiento. Javi de Grado rotaba bien a sus hombres, repartiendo esfuerzos y su equipo respondía a la perfección. Durley, Quezada y un triple del maragato Múgica mantenían a los rojillos con el más 17 (42-59). Gonzalo García volvía a llamar a los suyos a filas y Melilla tiraba de casta para meterse en el partido en los compases finales del periodo (52-60). Sin embargo, un 2+1 convertido por Rocchia permitía a León entrar en el decisivo periodo por encima de la barrera psicológica de los diez puntos (52-63).

Tras el susto vivido en el tramo final del tercer cuarto, el cuadro leonés salió dispuesto a no dar más oportunidades a su rival. Con Devries fuera de combate, sólo los hombres altos de los locales, en especial Odiakosa, veían aro con facilidad. Los nervios aparecieron en León tras un triple de Arco (68-74), una canasta posterior de Odiakosa (70-76) y un tiro desde la personal de Arco (71-76). Devries continuó recortando (73-76), encarrilando el partido hacia un final no apto para cardiacos. Pero, cuando todo parecía que se iba a decidir en los segundos finales, una canasta de Múgica esfumaba cualquier conato de reacción local.

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