Diario de León

españa hace historia. otro atardecer mágico

Al rojo vivo

Cerca de medio millón de personas sale a la calle para recibir a la selección española en la diosa Cibeles.

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Andrés Gutiérrez | madrid
León

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Nuevo atardecer mágico en Madrid. El centro de la capital volvió a teñirse de rojo para recibir, una vez más, a la selección española de fútbol. Lo que hace cuatro años era algo inédito, ahora parece una costumbre.

Camisetas y banderas de España ataviaron al cerca de medio millón de seguidores de ‘La Roja’, según algunas fuentes, que salieron a la calle para recibir a los campeones. En esta ocasión, el lugar elegido fue la plaza de Cibeles, que bajo la atenta mirada de una diosa con la bandera española sobre los hombros, recibió a personas de todos los rincones del país para celebrar el título conseguido en Kiev. Los clásicos gritos de «¡Campeones, campeones!» y «¡Sí, sí sí, la copa ya está aquí!» o «¡Yo soy español, español, español!» fueron repetidos por los asistentes mientras la música de Manuel Carrasco, Chenoa o Melendi amenizó la espera.

En su contra, un intenso calor que no aflojó ni los ‘manguerazos’ de agua lanzados por los bomberos. Incluso las banderas pintadas en las caras mantuvieron poco tiempo su forma.

Antes de su llegada a Cibeles, en el autobús descapotable dispuesto para la ocasión, la copa pasaba de unas manos a otras. La grande y vacía, porque también tenían presencia otras más pequeñas y llenas, además de cervezas y refrescos.

En la parte de atrás, Arbeloa, que se lanzó del vehículo para charlar con un policía, descorchó una botella de champán y empapó al capitán, Iker Casillas, que no tuvo más remedio que secarse la cara. El portero estuvo muy pendiente de Álvaro, el hijo del seleccionador Vicente del Bosque, que fue uno más en la celebración.

Alrededor de las 21.20 horas de la tarde, los jugadores botaron a su llegada a la plaza de Cibeles, zarandeando el autobús de un lado a otro, al ritmo del ‘Seven Nation Army’ del grupo ‘The White Stripes’ (más conocido por el ‘lo,lo,lo,lo,lo,lo,lo’ de su estribillo). Irrumpieron en el escenario colocado frente a la casa del ayuntamento de Madrid para dar rienda suelta a sus emociones. Todos con camisetas con el lema «Campeones de Europa», se bañaron mutuamente con cerveza mientras bailaban el ‘I will survive’. Gafas de sol, sombreros y pelucas eran algunos de los complementos preferidos de los internacionales. Sergio Ramos fue el primero en coger el micro a gritos de ‘Viva España’ totalmente calado. Incitó a Reina a que hiciera de ‘speaker’ «con huevos», pero el portero lo postergó para más adelante. Estopa hizo presencia en el escenario para animar a los allí presentes, jugadores incluidos.

Quizás se echó de menos a Capdevila, pero Casillas e Iniesta se atrevieron a ‘chapurrear’. También Bisbal tuvo sus tres minutos de siempre en estas celebraciones, y con él, los jugadores se arrancaron a bailar.

La noche caía sobre Madrid al ritmo del confeti final sobre los jugadores, que seguían saltando. La fuente de la Cibeles estaba iluminada y la panorámica aérea era de leyenda. Como la del equipo culpable de aquella parafernalia, los ‘tricampeones’ que ahora se marchan de vacaciones con los deberes más que hechos. Pepe Reina abrió el tercer acto de su particular ‘show’.

«¡Vaya chufa que llevas ya!», le dijo a Xabi Alonso. «¡Ponme un ron con Coca-Cola», a Pedrito. «Es un equipo de leyenda—dijo con la voz en grito, ya en serio— Hemos hecho algo que no ha hecho nadie». Después empezó con su recital, pero comenzó por Albiol, el número 2, para dejar a Iker Casillas al final.

«Sigo aprendiendo de ti, Iker», reconoció Reina. Después, el capitán cogió el micrófono, agradeció el apoyo dado el equipo y reconoció ser un «orgullo» jugar en la selección, mientras el griterío de la gente apenas le dejaba hablar.

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