Diario de León

Érika cede su corona mundial

La leonesa, campeona en los 800 libres en Dubai 2010, se queda fuera del podio en Estambul tras firmar una remontada incompleta. El bronce se le quedó a un segundo mientras el oro fue para Boyle.

Érika mira el crono que en los 800 metros se paraba en 8:16, insuficientes para subirse al podio.

Érika mira el crono que en los 800 metros se paraba en 8:16, insuficientes para subirse al podio.

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Apuntaba al oro pero al final Érika Villaécija se quedaba fuera del podio en la final del Mundial de 800 metros libres en el que la leonesa, aún sin recuperarse plenamente de la alergia al cloro que le ocasionaba su presencia en el reciente Nacional, cedía su corona a la neozelandesa Lauren Boyle y se quedaba fuera del podio con el quinto puesto final.

La jornada en la pileta del Sinam Erdem Dome de Estambul se presentaba para la cepedana repleta de expectativas. Érika llegaba con la segunda mejor marca de las nueve finalistas y con el argumento a su favor de ser la vigente campeona de la distancia, corona que conseguía hace dos años en Dubai y que ayer no podía retener en una carrera frenética en la que su salida irregular le obligaba a una remontada que no pudo completar. La nueva monarca de la distancia es Boyle que supo jugar sus cartas ante la danesa Lotte Friss, veloz en la salida pero menos eficiente conforme transcurría la prueba.

Precisamente en las dos primeras postas, Friss se marcaba unos notables 27.74 con los que lograba 70 centésimas de rédito sobre Boyle. Villaécija, por su parte, a pesar de encontrarse en la calle cinco, con referencias a uno y otro lado, firmaba el peor de los tiempos con un 29.20 que remarcaba uno de los puntos menos fuertes de la leonesa, las salidas. La situación no iba a variar en el hectómetro. La táctica de Érika parecía que iba a ser la misma de Dubai donde una espectacular remontada le permitía superar a Mireia Belmonte y Rebecca Adlington, las dos ausentes ayer.

Novena y última de las finalistas su desventaja sobre Friss se iba ya los dos segundos y medio. El oro empezaba a correr peligro aunque en una carrera con tanta exigencia y tan larga (32 postas) aún contaba con un margen de recuperación. La barrera de los 400 metros iba a determinar si sus miras se encaminaban al podio. Mientras, por delante, la neozelandesa Boyle rompía con todas las previsiones iniciales acercándose a Friss.

Remontada a medias

Transitado por el ecuador de la carrera Boyle ya había rebasado a Friss alcanzando ambas una ventaja superior a los tres segundos sobre sus más inmediatas perseguidoras. Érika, por su parte, se desembarazaba de la resistencia que había ofrecido primero Melanie Costa, luego Eleanor Faulkner y posteriormente Rebecca Mann para irse al menos por el tercer metal en juego. No obstante a la de Cogorderos le faltaba espacio para enjugar su desventaja con Hannah Miley y Chloe Sutton. Apenas un segundo le impidió repetir en el podio. Sus 8:16.90 fueron una losa que la colocaban en el quinto puesto final. La gloria iba a parar a manos de Boyle (8:08.62). La plata se la colgaba Friss (8:10.99) y el bronce Sutton (8:15.53).

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