Hungría y Bulgaría disputarán su próximo partido a puerta cerrada por comportamientos racistas

La Comisión Disciplinaria de la FIFA ha decidido este martes castigar a las selecciones de Hungría y Bulgaría con la disputa de sus próximos compromisos a puerta cerrada debido a los comportamientos racistas que se observaron en dos encuentros disputados en 2012. Tras el partido amistoso que disputaron Hungría e Israel el pasado 15 de agosto en Budapest, el Fútbol contra el racismo en Europa (FARE), la Congregación religiosa israelita de Viena y el Centro Simon Wiesenthal comunicaron a la FIFA que un grupo de hinchas húngaros entonó cánticos antisemitas y exhibió símbolos ofensivos hacia la población israelí.

De este modo, la FIFA investigó y decidió condenar "el aberrante episodio de racismo y antisemitismo" que protagonizaron los aficionados húngaros. Por ello, la comisión ha decidido que Hungría dispute el partido de clasificación para el Mundial ante Rumanía del 22 de marzo sin espectadores. Además, la selección también será castigada con una multa económica.

Por su parte, el árbitro y el comisario del partido de clasificación para el Mundial que midió a las selecciones de Bulgaria y Dinamarca el 12 de octubre de 2012, comunicaron que el jugador danés Patrick Mtiliga fue objeto de insultos racistas por parte de un grupo de seguidores búlgaros.

Tras los hechos, la comisión aseguró que "las acciones ofensivas, denigratorias y discriminatorias de un reducido grupo de hinchas búlgaros eran vergonzosas y suponían una clara violación del Código Disciplinario de la FIFA. Además, se arrojaron al campo bengalas que pusieron en peligro la seguridad de los espectadores.

Dadas las circunstancias, la UEFA ha determinado que, además de abonar una sanción económica, Bulgaria dispute a puerta cerrada el partido de clasificación para el Mundial de Brasil del próximo 22 de marzo ante Malta. Por otro lado, la UEFA ha anunciado medidas más severas en caso de que se vuelvan a repetir tales acciones.