GRAND PRIX DE THIAIS
Carolina encandila
La leonesa pone la guinda a su brillante actuación en Thiais uniendo al séptimo puesto en la general cuatro más de finalista por aparatos. En mazas es quinta.
Carolina firmó un ejercicio de mazas casi perfecto que la situó en la quinta posición en la final de mazas de Thiais.
Genialidad, plasticidad y una perfecta ejecución elevaron en el Gran Prix de Thiais a la leonesa Carolina Rodríguez a un pedestal a la altura de las mejores gimnastas del panorama mundial. Precisamente frente a ellas la discípula de Ruth Fernández demostraba que después de seis meses sin competir su hambre de éxito es incuestionable. Y también su capacidad de superación.
El sábado en la primera entrega del torneo Carolina había dejado claras sus intenciones. Nada menos que la séptima posición en la clasificación general en un cuadro de honor copado por las gimnastas de las ex repúblicas soviéticas demostraba que tiene cuerda para rato. Y eso que no pudo aplicar las mejoras en sus ejercicios entrenadas en los últimos meses.
Daba lo mismo. Pero a su prodigiosa actuación jalonada con cuatro ejercicios sin fallos aún le faltaba la guinda. Clasificada para las finales de los cuatro aparatos (pelota, aro, mazas y cinta) la mejor gimnasta española explotaba aún más su talento para incluso acercarse al podio. Majestuosa fue su ejecución en mazas, uno de os ejercicios predilectos de la leonesa. Ejecución y dificultad se dieron la mano para convertir su nota en un 17,250, la quinta mejor de las finalistas y lo que es más importante, superando a ‘pesos pesados’ de este aparato. Pero no fue un hecho aislado.
En las otras tres puestas en escena sobre el tapiz del Palacio de Deportes de Thiais Carolina también se apuntaba a los lugares de honor. Su segunda mejor nota llegaba en la cinta. Con 17,200 se hacía con la sexta posición demostrando además una capacidad para brillar junto a Staniouta y Rizatdinova, las dos mejores especialistas en un aparato en el que los fallos se penalizan de forma más rigurosa. Otro peldaño entre las ocho primeras lo pisaba la gimnasta del Club Ritmo en pelota. Allí con 16,850 puntos arrancaba los aplausos de los espectadores y una meritoria séptima posición a la estela de Kudryavtseva y Rizatdinova. La cuarta guinda tenía otro nombre propio: el aro. En una jornada pletórica la pupila de Ruth se hacía con la octava plaza en el ejercicio con 16,800 puntos para poner el broche de oro a su clase maestra ante la élite y recibir la admiración y una cascada de elogios.