El Ademar cae por su falta de puntería

El Cuatro Rayas Valladolid pudo respirar tranquilo y obtuvo el premio de depender de sí mismo en la última jornada y lo logró donde quizá menos podía imaginarlo, en el terreno de su eterno rival, un Reale Ademar que para nada dio facilidades y que acabó entregado a su falta de puntería para caer por 25-27.

Los vallisoletanos, que ya habían vencido a los locales en los dos enfrentamientos de esta temporada, supieron sobreponerse a un final de taquicardia y a una doble exclusión, para infringir un parcial de 0-2, gracias a dos de sus jugadores más determinantes Porras y Cacheda.

Los locales salieron en tromba y lograron una renta de tres goles ante un rival sorprendido, pero que en cuanto ajustó su defensa y Lamariano encontró la inspiración -detuvo dos penas máximas consecutivas al máximo goleador de Asobal, Carrillo- volteó el encuentro (5-6, minuto 13).

Los visitantes tiraron de galones con el incombustible Fernando Hernández jugando a placer, con lanzamientos, fintas o asistencias, mientras Dani Gordo buscaba alternativas en su banquillo.

Los cambios debilitaron a los visitantes y, por contra, supusieron aire fresco para un Ademar que recuperó la delantera aunque efímeramente porque el 'cuarentón' Hernández seguía dando lecciones, bien secundado por Pablo Cacheda, amo y señor del ritmo del partido.

Tras la igualada al descanso (15-15), Ademar acusó la doble exclusión del final de primera parte y comienzo de la segunda lo que aprovechó su rival para lograr un 0-3 de parcial, para obligar a Dani Gordo a solicitar un tiempo muerto.

El partido entró en detalles, la diferencia de acierto en portería, no tanto en número, como en sensaciones, también a la hora de gestionar las superioridades y en la calidad individual donde Valladolid tuvo más argumentos con Porras destrozando el 6-0 defensivo local. Ademar se agarraba como podía de la mano de sus internacionales juveniles Mario López y Diego Piñeiro, porque el resto estaba muy poco clarividente, incluyendo a su artillero Carrillo lo que ampliaba la renta (19-23, minuto 48).

La defensa vallisoletana se le atragantaba al ataque local pero el partido seguía en un puño, 23-24 a falta de cinco minutos ya cuando el cambio defensivo local con Mellado de avanzado también había nublado las ideas de su rival, que pagó cara la exclusión de Ávila para igualarse el marcador a 25 a falta de un minuto.Sin embargo, cuando todo parecía en contra, con dos jugadores menos en pista durante unos segundos, apareció la fortuna, pero también la necesaria experiencia, para sentenciar y acariciar la permanencia frente a un Ademar que enterró sus ilusiones en los postes para al menos haber logrado la igualada.