FUTBOL
El reto del Barça: atraer a la afición
El equipo de Luis Enrique hace los deberes y la directiva de Bartomeu busca la calma hasta las elecciones, pero el descenso de asistencia al Camp Nou es alarmante
El Barça funciona ahora como un reloj, pero el equipo sigue sin llenar el campo
Es un hecho irrefutable que el Barça está hoy mucho mejor que hace un mes en todos los sentidos. En lo deportivo, se ha colocado a un punto del Madrid en la Liga y tiene a tiro el pase a la final de Copa tras diez victorias oficiales consecutivas. Luis Enrique ha encontrado el método de cómo ganar sin que se resienta el espectáculo y los jugadores muestran un físico envidiable para presionar arriba, carácter para responder al instante a los goles de los rivales e inspiración para divertirse en el campo y hacer disfrutar a los aficionados.
En lo institucional, el anuncio de convocar elecciones para finales de temporada a cargo de Josep Maria Bartomeu ha pasado de ser valorada como una medida temeraria a ser considerada como una buena idea para tranquilizar al beligerante entorno. Hasta Joan Laporta, uno de los posibles candidatos hasta que no diga lo contrario, pide apoyar al equipo y dejar las campañas electorales para más adelante. El club, mientras tanto, ha aprovechado el tiempo para rearmarse tras la destitución de Andoni Zubizarreta como director deportivo. Todo parece ir sobre ruedas otra vez, pero algo no funciona: el Camp Nou no se llena.
El miércoles sólo acudieron al Estadi azulgrana 57.378 espectadores pese a que se trataba de la ida de la semifinal de Copa ante el Villarreal y el Barça venía de golear 2-5 al Athletic con una exhibición de Messi, un jugador que cuando está en forma tiene un enorme poder de convocatoria
Sin embargo, más de 40.000 butacas estuvieron vacias. Se culpó al horario de un partido en día laborable, las ocho de la tarde, por aquello de que los comercios no habían cerrado todavía, pero no cuela como excusa, principalmente porque cuando los encuentros comienzan a las diez de la noche se justifican las pobres entradas por lo tardío del horario. Ni siquiera fue una noche especialmente fría. Es un problema mucho más grave porque la tendencia descendente es evidente. El socio del Barça, en general, es bastante comodón. Le gusta mucho presumir de carnet y filiación en la sociedad, pero a la mínima que surge algún contratiempo encuentra un motivo para quedarse a ver el partido en casa o bajar al bar del barrio. El clima, el horario, el tráfico, el malestar con la directiva. Este último punto podría tener algo que ver con las últimas pobres entradas, pero lo que está claro es que el Barça necesita atraer más espectadores al Camp Nou.