El ciclismo en pie de guerra
El Tour rompe con la UCI en una batalla por la hegemonía mundial mientras se expande con la salida del 2017, en Düsseldorf
La hegemonía del ciclismo mundial está en juego y con ello el enfrentamiento abierto entre el Tour, que en ciclismo es todo o casi todo, y la UCI (Unión Ciclista Internacional). El circuito mundial UCI World Tour, que agrupa a las principales carreras, entre ellas la ronda francesa, está en el aire. La denominada ‘Champions’ del ciclismo está tocada de muerte después de que los responsables de la ‘grande boucle’, la empresa ASO, hayan decidido retirar a todas sus carreras de este circuito para el 2017.
“Quedan meses para negociar, razón por la cual hemos hecho el anuncio ahora, en diciembre, pero la UCI se debería replantear unos cambios que no queremos ni los organizadores ni tampoco los corredores”, afirma Javier Guillén, director de la Vuelta. La ronda española es propiedad de ASO.
El enfrentamiento viene de lejos, desde hace más de 10 años, en los tiempos no demasiado claros en los queHein Verbruggen y Pat McQuaid movían a su manera los hilos de la UCI, la federación internacional que ha querido transformar y alejarla de cualquier sospecha con la corrupción, un británico,Brian Cookson. A principios de este siglo la relación de los mentores franceses con la UCI era horrible, hasta el punto de que al presidente McQuaid ni se le veía por las carreteras francesas. ASO se opuso, aunque respetó a la vieja UCI Pro Tour, mientras todos los equipos trataban de conseguir una licencia de primer nivel para asegurarse, precisamente, una plaza en el Tour, un disgusto en los despachos de París.
TRES AÑOS DE CADUCIDAD
Ahora la UCI pretende dar unas licencias con una caducidad de tres años, donde los equipos tendrían asegurada la presencia en el Tour y en el resto de carreras propiedad de París que hasta la semana pasada formaban parte de la ‘Champions’ ciclista, el 40% de pruebas de gran nivel (además del Tour, París-Niza, París-Roubaix, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja, Critérium Dauphiné y Vuelta). Y aquí surge el problema, ya que el Tour quiere tener libertad para escoger equipos, dependiendo de si van o no sus figuras. Tolera un examen anual, pero no unas listas cerradas con tres años de vida.
De ahí que hayan bajado a sus carreras de categoría –“quedan meses para negociar”, advierte Guillén— donde van a tener más libertad para efectuar una selección y hasta la posibilidad de establecer sus propios criterios de preferencia. El otro punto de discordia es la ampliación del circuito World Tour mucho más allá de las fronteras europeas (los ‘territorios’ de París) pasando de 120 a 180 días de competición.Por eso, el sindicato internacional de corredores, que preside Gianni Bugno, tampoco esté por la labor del cambio. “La UCI debe respetar la historia de este deporte y dialogar con organizadores y corredores”, pide el viejo campeón italiano.
El Tour tiene el control. Y lo sabe. “Tomamos nota de la decisión de ASO”, responde Cookson, una UCI que defiende que un dueloFroome-Quintana-Contador será igual en todas partes. Pero con el ‘glamour’ del Ventoux mejora. Y el Tour sigue con su planificación. En el 2017 saldrá de Düsseldorf, la cuarta vez que lo hará desde Alemania y la 22 más allá de las fronteras francesas. Será previsiblemente el 1 de julio. ¿En la ‘Champions’ o en la ‘Europa Liga’? Francamente, al Tour le da lo mismo. El 14 de enero presentan la apuesta de Düsseldorf por todo lo alto, nada menos que en la Embajada Alemana en París. Y tan felices.