Croacia tiembla sin Modric
Sólo la salida del campo del madridista, tocado en el muslo, permitió la reacción checa Bochorno por el lanzamiento de bengalas por radicales croatas.
i. tylko | saint etienne
La Eurocopa, sus organizadores, otra de las hinchadas y las fuerzas de seguridad francesas volvieron a sufrir otro episodio deleznable en Saint-Étienne. A falta de cinco minutos para cumplirse el tiempo reglamentado y con los croatas acariciando los octavos de final, un grupo de sus fanáticos se dedicó a lanzar bengalas al campo, junto a uno de los córners, el más próximo al portero checo Petr Cech. Arrojaron al césped aproximadamente una docena de artefactos encendidos y un petardo se escuchó cuando uno de los voluntarios se acercó a recogerlos y cayó al terreno. Por unos momentos, hubo alta tensión y dio la sensación incluso de que el árbitro inglés Mark Clattenburg podría suspender el partido y la UEFA enviar, por consiguiente, a Croacia de vuelta a casa. Injustificable esa actitud de los hinchas, ya que desoyeron incluso a los propios jugadores croatas que les pidieron calma, e inexplicable que con los controles que existen se puedan pasar las bengalas al estadio. Tal vez incluso le pudo costar a su equipo el empate final (2-2).
Este nuevo episodio de pánico en un estadio terminó de descentrar a los croatas, que manejaron a su antojo la situación hasta que Luka Modric se tocó el muslo y decidió salir del campo, a falta de media hora. Sus compañeros se fueron completamente del partido sin él y dejaron escapar un 2-0 cómodo que les acercaba al liderato final del grupo. Sin el madridista pierden a su líder, a su organizador, al hombre que maneja los tiempos de Croacia. Sólo al ver todo perdido y despareció del campo Modric, los checos asomaron. Acortaron distancias, merced a un cabezazo del recién entrado Skoda, e igualaron de penalti al final tras una mano tonta del central Vida, sólo él sabe si voluntaria.