FÚTBOL. división de honor juvenil
Lección de coraje de la Peña
El equipo de Benavides consigue una victoria plena de garra al sobreponerse del mazazo del gol pucelano en el minuto 91 David da el triunfo sobre la bocina.
La combatividad de Manu en ataque dio espacios a sus compañeros de la Peña. SECUNDINO PÉREZ
JOAQUÍN COTO | LEÓN
La Peña, de la División de Honor Juvenil, dio otro recital de coraje, voluntud, fe y querer ganar un partido. Tumbó al Real Valladolid (2-1), en un partido que sirvió para agrandar la historia peñista tras su segunda temporada en la máxima categoría del fútbol nacional. El equipo de Adrián Benavides está desarrollando una espléndida temporada desde la humildad, el trabajo y la piña que conforma un grupo de jugadores de una generación extraordinaria, comprometidos al máximo con el escudo que defienden. Y en esta ocasión brindaron otro espectáculo a su fiel hinchada que vuelve a crecer y a creer en un equipo que muere en cada partido con las botas puestas. De nada le sirvió al Real Valladolid igualar en el minuto 91 el gol de Javi Álvarez. La Peña no se entregó ni le entró el miedo. Todo lo contrario. Actuó como el equipo ganador que es. Apareció el espíritu combativo que ha impregnado en el club peñista un entrenador que nunca se da por vencido y al que esperan grandes tardes en el fútbol de las mejores categorías nacionales. Adrián Benavides ordenó más presión al rival en los escasos minutos que quedaban para el pitido final en lugar de defender el punto del empate. Los valientes siempre tienen premio. Y así, la Peña escribió otra gesta en su historia dorada. Gol de David en el minuto postrero y el campo, las gradas y las gargantas peñistas cantaron un gol que agranda aún más la historia de la Peña.
La Peña superó al Real Valladolid. No se amilanó ante el poderío pucelano. Los de Adrián Benavides tejieron una red impenetrable de medio campo hacia atrás. Laboriosidad de todos para todos, sin dejar de mostrar músculo y calidad en cada una de las zonas del campo. Sin complejo, los peñistas batallaron cada balón. Ensombrecieron hasta dejar en la nada a los vallisoletanos, que acabaron desquiciados y sin recursos para hacer su juego vistoso y de asistencias, que quedó al desnudo ante el poderío del juego peñista. Todo el equipo leonés estuvo de diez. Todos sobresalieron, con un guardameta Marcos genial, una defensa capitaneada por Jairo descomunal y un bloque de medio campo hacia adelante pletórico. Todos son el orgullo de un club, junto a otros que ahora no están y que allanaron el camino para seguir escribiendo páginas de oro para la Peña.
La Peña, como siempre, estuvo muy centrada y metida en el partido. Muy compacta. Haciendo su fútbol. En los primeros 45 minutos, el peso del partido lo llevó la Peña, con un Valladolid mas conservador que se estiró a raíz de encajar el gol.
En la segunda mitad, el Valladolid tuvo más posesión pero no dominio ni control del juego. Hubiera sido injusto el empate, que un grupo de valientes se encargó de dejar en victoria.