BALONMANO. COPA ASOBAL
La Copa enchufa al mejor Ademar
El equipo leonés se ha ganado el derecho a soñar con el título tras una vuelta casi perfecta Guijosa huye del exceso de confianza ante un Granollers peligroso.
sergio c. anuncibay | león
El Abanca Ademar aborda la Copa Asobal cargado de confianza después de completar una primera vuelta prácticamente inmaculada, que ha permitido al equipo llegar a los 25 puntos en quince jornadas, cinco más respecto a la campaña precedente, cuando Guijosa asumió el mando. Este bagaje acredita los nuevos tiempos que vive el club leonés, enderezado en lo económico y con una salud de hierro en lo deportivo.
Sólo el Kolding ha profanado este curso el Palacio de los Deportes, donde los maristas han ganado todos los partidos de Liga, incluida la visita de Naturhouse. Además, estuvieron a punto de asaltar el Palau y atacar así la racha de triunfos de un Barcelona intratable en España. Cayeron por tan sólo un gol y disfrutaron de una última acción para empatar el compromiso.
Granollers también sufrió ese vendaval y fue incapaz en su feudo de superar a un Ademar que se ha ganado por méritos propios el derecho a soñar con algo grande. Los vallesanos son ahora el único obstáculo que les separa de la ansiada final, donde previsiblemente esperará el todopoderoso Barça, principal candidato al título, aunque antes deberá deshacerse de Logroño.
Si nada se tuerce, el conjunto dirigido por Guijosa deberá estar el domingo sobre el parqué del Palacio para luchar por el trofeo. En las dos ediciones anteriores, también celebradas en León, tropezó en semifinales.
Por eso jugadores y cuerpo técnico no quieren lanzar las campanas al vuelo y el entrenador ha advertido que el choque frente a Granollers será «muy complicado», más allá de la distancia que en estos momentos hay entre los dos contrincantes. No obstante, aseguró del mismo modo que tienen argumentos para competir con los azulgrana, aunque son conscientes de que aún es prácticamente imposible arrebatarles un título.
La última vez que el Abanca Ademar disputó una final fue en diciembre de 2011. También la jugaron en León y contra el Barcelona, que ha ejercido una dictadura aplastante durante los últimos años. De aquel encuentro queda un ingrato recuerdo. Hubo un último lanzamiento fallado que evitó la prórroga. Quizá el domingo todo sea diferente.
