Prao de Feria y corro de Omaña

A. Barreñada | Riello

Omaña plácida, Riello, en el Prao de la Feria, corro animado de principio a fin, en el que ponía sones de gaita la banda Zarzagán y hasta contaba con la irrupción de un gochín, ya terminados los agarres, con el correspondiente alborozo de la tropa.

Lucha de Base y Juvenil en su quinta convocatoria estival, a la que seguía la tercera de la lucha femenina sénior. Desde las seis de la tarde a las siete y veinte los combates de los cincuenta y cinco fundamentales inscritos, desde esa hora, treinta minutos más para los de las diez luchadoras; todos ellos arbitrados por Avelino García Laiz y Gerardo González Tascón.

Habían terminado los juveniles varones, al corro esas diez guerreras. Desde la mesa, conteniendo las ganas de estar al otro lado, ‘Tamarina’ las animaba y demandaba que sigan peleando «por todo lo que se ha luchado por la Femenina».

Pareja única y final directa en ligeros: Isabel Justel, líder, y Beatriz Riaño. Muy equilibradas, de tremendo atractivo su luche, en esta ocasión se imponía «la Pelirroja de Oro».

Las más concurridas (aun limitadas), las de medios. Cinco, cuatro de ellas de la nueva ilusionante generación y con ellas Vanesa Presa, «veterana» que no pierde su ilusión.

Combate previo en el que Nerea Lorenzo, guiada de yudogi, eliminaba por dos enteras a Paula García. Ya en las dos semifinales, la otra gemela de Puente Almuhey, Édili, se imponía a Vanesa Presa por primera entera dada y Nerea lo hacía, de nuevo por dos enteras a cero, a su compañera Miriam Ferreira. Final peleada, guapa, para Nerea.

Y guapa, de garra y entraña, la semifinal de pesados en la que Vanessa Santos aventajaba a Luzma, para llevarse también final ante Lucía López.