El Ademar firma su peor partido y compromete el pase

sergio c. anuncibay | león

El Abanca Ademar ofreció ayer su peor cara (26-30). Tanto en defensa como en ataque. No funcionó nada. Los leoneses estuvieron espesos desde el inicio y claudicaron ante un Elverum que aprovechó las facilidades que dio el conjunto local, desdibujado frente al que aparecía como el contrincante más débil del Grupo C.

Esta derrota complica la clasificación para la siguiente ronda del torneo. Es cierto que tan solo han discurrido tres jornadas, pero el Ademar únicamente ha sumado dos puntos y ahora deberá sacar algún rédito de los cuatro desplazamientos que aún tiene por delante. Además, no puede volver a fallar en casa. Pasan los dos primeros.

Era, por tanto, una final para el conjunto dirigido por Rafa Guijosa, impotente frente a un Elverum que desfondó a los maristas con una movilidad endiabla en ataque, que encima coincidió con la fragilidad defensiva del equipo leonés, incapaz de frenar a Frederiksen, que campó a sus anchas durante prácticamente los sesenta minutos de juego.

Y eso que en los primeros compases del duelo los maristas encadenaron un par de contraataques que hacían presagiar un encuentro plácido. Nada más lejos de la realidad. Ese primer parcial de 3-1 fue tan solo una quimera. Pronto el conjunto noruego encontró un filón en ataque, que Cupara cerraba de vez en cuando, a pesar de que las embestidas llegaban de todos lados.

No obstante, el Ademar sostuvo la igualdad en el marcador los primeros veinte minutos, con más corazón que cabeza, hasta que Hanisch batió desde los siete metros a Cupara para poner a los nórdicos por primera vez en ventaja (6-7).

A partir de ahí, los de Guijosa se desinflaron. El Elverum no desaprovechó las grietas y en tres acciones consecutivas abrieron una brecha importante (6-10). Apareció entonces Costoya y un imberbe Gonzalo para reducir la diferencia tras la exclusión de Burud. Juanín tuvo en su mano un siete metros que detuvo Neegard, un muro ante el ataque de un Ademar ramplón. Al final, enfilaron el túnel de vestuarios dos abajo (10-12) gracias a un gol de Rodri en la última acción ofensiva.

Poco cambiaron las cosas tras el descanso. De hecho, perdieron el primer balón y Poklar no falló a la contra. Tampoco Costoya en la acción siguiente, pero ese intercambio de golpes perjudicaba al bloque marista, que en apenas cinco minutos ya iba cuatro abajo (12-16).

Guijosa movía el banquillo aunque seguía sin encontrar esa fluidez, en ninguna de las dos áreas.

La exclusión de Lindboe dio algo de aire a los locales, que aprovecharon esa superioridad para enjugar la desventaja y apretar algo las cosas (14-16). Jaime la redujo a un solo tanto y, tras una buena intervención de Cupara, Gonzalo igualó después el partido (16-16) con casi 20 minutos por delante.

El Palacio rugía y la afición creía en la remontada, pero era más una cuestión de fe que de sensaciones. Los noruegos seguían a los suyo y movían con mucha rapidez el balón cuando percutían sobre el 6-0 rival, conscientes de que la defensa leonesa no estaba fina y dejaba muchos espacios. Pronto cogieron de nuevo otra ventaja de tres tantos, con Frederiksen como cerebro y Osrted de ejecutor en siete metros.

Aún así, el Ademar no se rendía y con algún chispazo encendía a una grada que vio como el Elverum alcanzaba una renta de cuatro goles ya prácticamente sin tiempo para remontarlos. Vejin mantenía el decoro y Mario López, ya con el reloj a cero, firmaba el 26-30 definitivo que complica en parte la clasificación para la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Ahora, los de Rafa Guijosa tendrán que afrontar dos compromisos seguidos como visitantes. Primero en la cancha del Skjern danés, uno de los rivales más fuertes del grupo que, de momento, ocupa la primera plaza, aunque empatado a puntos con el Golenje, con quien se enfrentará hoy. Una jornada más tarde tendrán que ir a Bucarest, donde les espera un Dinamo que como los leoneses ha sumado únicamente un triunfo en los tres partidos disputados.