Cambiando la dinámica

Al llegar a estas alturas de competición, momentos claves y decisivos de la temporada, cada encuentro resulta una final, y la variación de posiciones y puntos depende del resultado final. No es cuestión de que las victorias y los empates valgan más, pero sí que cada punto conseguido tiene un valor más determinante para el objetivo buscado, porque las oportunidades se van acabando y las cuentas no tienen margen de error alguno.

La victoria lograda en el Miniestadi la pasada semana, rompe una racha demasiado larga de no ganar fuera de casa, y es que septiembre del pasado año queda muy lejos. El choque ante el Tenerife es vital para un equipo culturalista que debe refrendar en el Reino ese triunfo logrado como visitante, y mantener esa línea de cambio de tendencia de conseguir dos victorias seguidas. Septiembre también es el espejo a mirarse, única vez que se ha producido esta temporada. En los momentos decisivos es cuando no se puede fallar, sin mirar la clasificación ni el potencial del equipo que se tiene enfrente.

Si importante es la victoria, no lo es menos el apoyo de la afición en el campo. La semana ha sido convulsa en cuanto a la comunión de los aficionados con los dirigentes de la entidad, y es que en la situación deportiva como la que se está viviendo, no debe prevalecer el tema económico con el de sumar los máximos apoyos, para que el equipo se encuentre lo más arropado posible, con el fin de lograr los tres puntos. Pero en este club ... doctores tiene la Santa Madre Iglesia.

Ciñéndose al tema meramente deportivo, este partido es una gran oportunidad para marcar una línea ascendente en lo que resta de temporada y consolidar a un equipo que por juego quizá, debería estar con más puntos en la clasificación, pero la diferencia de goles materializados con los goles encajados es la realidad de la posición en la tabla. Aquí, sólo valen los puntos, el buen juego queda para otros menesteres.