Todo en un día

C omo el título de aquella famosa película estadounidense de los años 80, así fue transcurriendo el partido de ayer de inicio a fin de los noventa minutos. De partida, la Cultural, aprovechó en los minutos iniciales dos errores del Nástic. El primero tras una conducción interior de Antonio Martínez que pudo recoger su propio rechace para hacer el gol inicial, y el segundo, en una recuperación precedida de una presión tras pérdida de los leoneses, que Antonio Martínez recogió y pudo filtrar para Emi, para que éste, mediante un balón sobre la ruptura de Iza y su recorte posterior, aprovechase el balón muerto en el área pequeña para hacer el segundo. Poco más que un ritmo de juego bajo en ambos y una sensación de que el partido estaba terminado.

La segunda parte es tal vez un reflejo más de la importancia que se le debe de dar a la valentía en los buenos momentos, a no echarse atrás, a elegir defender presionando, con la intención de dar muestra de que ese resultado va a ser protegido con uñas y dientes. Pero no, los leoneses salieron con un repliegue intensivo evidente, decidiendo ceder mucho espacio a los catalanes y estos a base de balones directos y centros laterales, masacraron a una defensa culturalista, que como conjunto sufre una barbaridad en este tipo de acciones.

Dos de los cinco goles vinieron en malas defensas del lado débil, en la primera Iza se perfila mal, el balón le da y el rechace lo aprovechó Barreiro. El otro, desde el lado opuesto y con distinto goleador, ya que fue Uche el que empujó el balón suelto tras la mala defensa del centro. El primero había llegado con un balón directo sobre Barreiro y su posterior prolongación sobre Álvaro Vázquez, para que éste marcara. Los dos restantes a balón parado. Uno en un saque de esquina con la prolongación en la zona uno de Vázquez para Uche. El otro, en una falta lateral. El dubitativo corte defensivo que dejaba otro balón muerto para un nuevo gol de Uche. ?El fútbol como la vida te enseña, que a veces sólo valoras lo que tienes hasta que lo pierdes, y de la importancia de aprovechar lo bueno que suceda y aferrarse a ello con valentía y coraje. El resultado final es más fruto del miedo que del juego en sí. Da como resultado caer derrotado, que deja a la Cultural en una situación delicada.